'Laudato Si', a través de las ciencias
Se presenta la segunda encíclica del Papa Francisco "Laudato Si" de la mano de un teólogo, un físico y un filósofo

El Seminario Conciliar de Barcelona ha acogido entre los primeros actos académicos del curso, la presentación de la segunda encíclica del Papa Francisco: Laudato Sí. Sobre el cuidado de la casa de todos. Un acto con la intención de analizar la encíclica desde los puntos de vista teológico, científico y social, a fin de analizar en profundidad la llamada sobre la degradación del medioambiente como consecuencia de la acción humana.
El encargado de conducir la conferencia fue el cardenal arzobispo de Barcelona, ​​el Dr. Lluís Martínez Sistach, que comenzó citando un canto de Francisco De Asís sobre la creación de las especies.
Una visión «sistematizada» por la religión
Ante la expectación de todos, el Dr. Emili Marlés, el vicedecano de la Facultad de Teología, comenzó explicando cómo «Laudato Sí» destaca por su visión sistematizada, una visión que propone un diálogo entre la obra de Dios y la ciencia a través de la creación. Explicó cómo, observando la naturaleza, con una mirada contemplativa, podemos entender lo que Dios pretende expresar.
Por otra parte, destacó de la encíclica, como no todo lo material es criticado por la Iglesia, sino que hay una «visión positiva del cristianismo» cuando se mira la materialidad de la creación que se explica sobre todo en el «Dios hecho hombre».
Conversión ecológica integral
El Dr. Lluc Torcal, profesor de la Facultad Antoni Gaudí y monje del Monasterio de Poblet, por su parte, fue más allá entendiendo la encíclica como una «nueva manera de entender el mundo», en la que el Papa invita a un proceso de » conversión ecológica» urgente. Más allá de la contaminación y el cambio climático, destaca el método por el que se hace indispensable la ciencia para entender la obra de Dios.
«Cuando el Papa incorpora al magisterio las lecciones y teorías científicas, lo que nos dice es que hay un instrumento privilegiado a través de la razón humana, a través de la ciencia, que nos hace comprender como es la creación divina. Por lo tanto, el lenguaje para hablar de la creación es la ciencia «, expresó en declaraciones.
Insistió en que debe haber un giro que rompa con las soluciones «ineficaces y débiles» que hay ahora, con el fin de llegar al encuentro con Dios. Según dijo, es necesario contemplar y gestionar, para atender adecuadamente la naturaleza, latente en la ciencia, y el que habita en ella.
La encíclica, según Torcal, invita a un proceso de conversión ecológica que debe ser integral, ya que los desastres vienen debido a nuestra actividad, incapaz de adaptarse a las necesidades medioambientales. Esta ecología integral también hay que aplicarla en el bien de la biodiversidad, sobre todo en beneficio de la dignidad de las personas y en aquellas sociedades que han quedado desequilibradas debido a la explotación terrenal de otras.
«Deuda ecológica social»
La relación entre hombre y naturaleza la continuó desarrollando el Dr. Miquel Ramon Fuentes, filósofo de la Facultad de Filosofía de Cataluña, que destacó la vertiente social que abastece la encíclica. Destacó como uno de los puntos relevantes la presencia al alza del «hombre tecnocrático», motivado en explotar los recursos, pero, ciego ante el desgaste del medio y de las sociedades que se ven afectadas. Mencionó como las migraciones también vienen causadas por la explotación de las multinacionales, las que entran con un «deuda ecológica» con éstas. Una deuda para el que hay que tener cuidado en la encíclica que nos da las claves para «la construcción y urbanización de las grandes ciudades mundo más humano».
«No todo está perdido»
El cardenal Martínez Sistach cerró la sesión con el mensaje esperanzador que el Papa Francisco deja a la encíclica, cuando dice «el ser humano todavía puede intervenir positivamente. No todo está perdido «.