Las procesiones en la fiesta del Corpus

Devoción al Santísimo Sacramento y traducción popular a lo largo del tiempo de manera inmemorial. Fra Valentí Serra de Manresa nos lo explica

Como ya es sabido la festividad del Corpus Christi se empezó a celebrar en la población belga de Lieja en 1247 y fue extendida su celebración en la Iglesia universal en 1264 por el papa Urbano IV. Confirmada esta celebración universal en 1312 por el papa Clemente V, sin embargo, no fue hasta el año 1317 -mediante un decreto del papa Juan XXII- que fue establecida en el día de Corpus la procesión pública, general y solemne del Santísimo Sacramento por las principales calles de las ciudades y núcleos urbanos como máxima expresión triunfante de la veneración eucarística. En Vic ya se celebró la fiesta «del Precioso Cuerpo de Nuestro Señor» en el lejano 1318 y en Barcelona en el 1320.

En la ciudad de Girona en 1320 ya fue celebrada una procesión del Corpus, la primera de Cataluña, y desde esta primera procesión eucarística gerundense, poco tiempo después, en numerosas poblaciones de nuestra tierra organizaron solemnes y concurridas procesiones en la fiesta de Corpus (Lérida, Tortosa, Valencia…) que se generalizaron en numerosas poblaciones a partir de 1370 como expresión de devoción y homenaje público a Jesús, presente en la Eucaristía, don extraordinario del Señor que proviene de su amor.

Muchas tradiciones populares fueron insertadas en la procesión del Corpus para representar los diversos misterios de la fe, especialmente con la presencia de los gigantes y del bestiario. Sin entrar en las tradiciones populares en torno a la famosa «Patum» de Berga, también en las procesiones del Corpus en Cataluña hay otras comparsas significativas, como la Moma y la Cucafera, que son muy populares en las poblaciones de Alcoy, de Alicante y, sobre todo, en las de Tortosa y Morella. La «Cucafera» es la figura de un dragón de carácter monstruoso que precede a la procesión del Corpus en algunas poblaciones catalanas y quiere representar como la idolatría y las herejías han sido vencidas por la verdadera religión que encuentra en la Eucaristía su máxima expresión; mientras que «La moma» es el conjunto de comparsas formada por «la moma y los siete Moms», que figuran los siete pecados capitales.

Una buena descripción de estas comparsas en las tierras del Ebro fue aportada por el folklorista tortosino Joan Moreira: «A las Cucaferes, enanos y gigantes, seguían todas las banderas de las calles, destacándose por encima de todas, la roja de la Sede». Similar, la celebración de la Octava del Corpus también revestía una gran solemnidad en Tortosa y en las tierras del Ebro, donde cada tarde se hacía una procesión, siendo más solemne la del día de la Octava, que era la fiesta del Gremio de los sastres: «Este día empaliaban el altar donde tenían el cuadro de su patrón, San Homobono, y se posavan unos paños de terciopelo con tiras bordadas en los ángulos» (Folklore Tortosí, 615- 616, «la fiesta de los sastres»). Forman parte de la tradición litúrgica del Corpus la secuencia Lauda Sion y el himno Pange lingua, pero ya os hablaré en otra ocasión.

Fra Valentí Serra de Manresa 

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