Las Hermandades y Cofradías, acogidas por primera vez en la Sagrada Familia
Más de cuatro mil miembros de una cuarentena de Hermandades y Cofradías participaron el pasado domingo, 20 de octubre, en una misa celebrada en la basílica de la Sagrada Familia y presidida por el cardenal Lluís Martínez Sistach, al que acompañaron en el altar el obispo auxiliar, Sebastià Taltavull, el delegado diocesano encargado de estas [...]

Más de cuatro mil miembros de una cuarentena de Hermandades y Cofradías participaron el pasado domingo, 20 de octubre, en una misa celebrada en la basílica de la Sagrada Familia y presidida por el cardenal Lluís Martínez Sistach, al que acompañaron en el altar el obispo auxiliar, Sebastià Taltavull, el delegado diocesano encargado de estas asociaciones religiosas, padre Gregorio Manso, y una veintena de sacerdotes, entre los que se encontraba el vicario episcopal, padre Joan Cuadrench, el secretario general del arzobispado, monseñor Sergi Gordo, y los consiliarios de estas hermandades y cofradías.
Los presidentes y hermanos mayores de las diversas cofradías y hermandades, llevando sus estandartes se situaron ante la fachada del Nacimiento, e hicieron la entrada a la basílica. Un momento muy emotivo del inicio de la celebración fue cuando hicieron la entrada al templo dos pasos llevando las dos imágenes, que ocuparon lugares destacados en el crucero de la basílica, entre cantos de los coros de las diversas Hermandades del Rocío y las aclamaciones espontáneas y alegres de los asistentes. La imagen del Cristo era la del Jesús Cautivo, de una Hermandad de Mataró. Para representar a Santa María, en un gesto de arraigo en Cataluña, se escogió la Virgen de la Merced.
Al inicio de la misa, Manuel Zamora, presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías del Arzobispado de Barcelona, se dirigió a la asamblea expresando su alegría y su agradecimiento al Cardenal por el hecho de ser acogidos por primera vez en la Sagrada Familia, «un lugar tan emblemático de Barcelona y de toda Cataluña».
Durante todo el acto se hizo un uso tanto del catalán como del castellano. La música de la entrada estuvo a cargo de la banda de cornetas y tambores de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Esperanza de Mataró. En la parte de los cantos participaron los siguientes coros: Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sabadell, Hermandad de Nuestra Serñora del Rocío «Los Romeros», de Nou Barris-Barcelona; Hermandad Filial de Nuestra Señora del Rocío, de Cornellà de Llobregat; Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Cerdanyola del Vallés, Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Barcelona, Hermandad Rocieros de Carmona, de Hospitalet de Llobregat.
Se daba la circunstancia de que la más antigua de las Cofradías y Hermandades presentes era precisamente catalana: la de San Marcos, de Maestros zapateros, fundados en la Edad Media. En la homilía, el cardenal Martínez Sistach invitó a los hermanos y cofrades a hacer honor a estas asociaciones y su espíritu, que ha sido siempre el de dar culto a Dios y ayudar a los pobres y necesitados. También nos invitó a no permanecer cerrados dentro de sus asociaciones, sino a abrirse a la Iglesia, tanto la local como la universal, y a ser fieles en el cumplimiento de sus deberes como cristianos, especialmente les recomendó participación en la misa dominical.
El momento de la oración de los fieles se centró sobre todo en orar para que estas asociaciones puedan cumplir las orientaciones que les dio el Papa Francisco en el encuentro que tuvieron con él en el Vaticano el pasado mes de mayo.
La celebración muy vibrante, religiosa y a la vez muy popular acabó con un canto del Rocío que puso lágrimas en muchos rostros. «Dios te salve, María del Rocio Señora, Luna, Sol, Norte y Guía y pastora celestial». Pero los rostros emocionados también sonreían al oír aquel entrañable «Olé, olé, olé./ Al Rocío yo quiero volver/ a cantarle a la Virgen con fe/ con un Olé, olé, olé.»