Las Fiestas de Sant Roc, declaradas patrimonio de interés nacional
Estas fiestas son las más antiguas que se celebran en la ciudad y han sabido resistir el paso de los años manteniendo la esencia de sus inicios

El Gobierno ha acordado declarar las Fiestas de Sant Roc en la plaza Nova de Barcelona como fiesta patrimonial de interés nacional e inscribirlas en el Catálogo del Patrimonio Festivo de Cataluña. Estas fiestas son las más antiguas que se celebran en la ciudad y han sabido resistir el paso de los años manteniendo la esencia de sus inicios. Con un gran número de elementos festivos, estas fiestas tienen un fuerte carácter tradicional e importantes componentes de imaginería festiva.
Algunos de los elementos festivos que participan de la fiesta son la Cucanya, el porrón largo, los bollos de Sant Roc, el Globo del Capitán Munyón, la Bandera Verde, y la Bandera Heráldica. Las fiestas también disponen de una imaginería festiva propia como los gigantes centenarios bautizados con el nombre de Roc y Eulàlia; el Cu-cut, que tiene un baile propio y está inspirado en un personaje de la revista barcelonesa «Cu-cut», y los gigantes infantiles, que reciben el nombre de Pippo y Gal·la.
Las fiestas coinciden con la celebración de Sant Roc, el 16 de agosto, y con la Virgen de agosto. El esquema de la fiesta, especialmente en sus días centrales, el 15 y 16 de agosto, mantiene un protocolo casi inalterable desde hace años. La fiesta se inicia con un pasacalles del enano Cu-cut encima de un asno y finaliza en la plaza Nova, donde se iza la Bandera Heráldica de Sant Roc y se inaugura la Cucanya, en la que los más pequeños son invitados a subir. Para empezar el día central de la fiesta, tiene lugar una tormenta despertada en medio de la plaza Nueva que marca la salida del pasacalle por las calles del barrio con toda la imaginería festiva, los grallers, una copla y los portadores de la Bandera Verde de la Comisión y la Bandera Heráldica. Este cortejo termina en la basílica de Santa María del Pi, donde se celebra una misa cantada. El oficio finaliza con la bendición de los Panellets de Sant Roc, que serán entregados a los asistentes, una vez venerada la reliquia del santo mientras se cantan los «Goigs a llaor de Sant Roc«. Finalizada la misa, se inicia un nuevo pasacalle hacia el patio del Palacio Episcopal, donde los asistentes son recibidos por el obispo y se realizan los bailes de honor de la imaginería festiva y miembros del cortejo. Seguidamente, se vuelve a la plaza Nueva, desde donde se presencia la colocación de la Bandera Verde de la Comisión al balcón principal del Palacio Episcopal. La fiesta sigue con la ofrenda floral a Sant Roc que hay en la misma plaza y con los bailes del Cortejo.
Los orígenes de la fiesta son del año 1563, cuando el Consejo de Ciento de Barcelona hizo un voto a Sant Roc para pedir que la ciudad fuera protegida de la peste. El voto fue renovado el 1569 y fue tan exitoso que se decidió celebrar una fiesta en honor del santo. Con este objetivo se constituyó, el 1589, en el barrio de la Catedral, la Cofradía de San Roch de la Plaza Nova. A pesar de los cambios urbanísticos que ha sufrido la plaza Nueva y el barrio que la rodeaba, y el consiguiente éxodo de muchos vecinos y comerciantes, la fiesta se ha mantenido gracias a la fuerte vinculación que estos todavía tienen con su antiguo barrio, hoy prácticamente desaparecido como tal.
Aparte de los actos tradicionales de las fiestas, a lo largo de las décadas se han ido introduciendo nuevos actos como el Encuentro y baile de Gegants, los Títeres, el Correfoc, la Fiesta del Gos o el Castells de fuegos artificiales, que ayudan a llenar de tradición esta particular fiesta mayor de la plaza Nova.
Fuente: Prensa Generalitat de Cataluña