“La sangre de los mártires es semilla de los cristianos”

El lunes 18 de mayo la Facultad de Teología organizó un acto con motivo del Centenario del Genocidio Armenio

El acto conmemorativo que la Facultad de Teología organizó el pasado 18 de mayo en recuerdo del Genocidio Armenio por parte del imperio otomano, estuvo presidido por el Sr. Cardenal Lluis Martínez Sistach. La presentación del acto estuvo a cargo del decano de la Facultad, el Dr. Armand Puig, que enmarcó dicha conmemoración dentro de la historia reciente del pueblo armenio.

Estuvo presente el embajador de Armenia en España, el Sr. Avet Adonts, quien recordó el origen jurídico de la palabra genocidio, recogida en el Código Penal Internacional como “cualquier acto perpetrado con la intención de destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal”. Hizo hincapié en que la memoria del genocidio del pueblo armenio no es una campaña contra Turquía, sino una cuestión de justicia para evitar que se repitan hechos similares.

Genocidio Armenio

La conferencia principal del acto la tuvo el Dr. Bernard Coulie, rector emérito de la Universidad Católica de Lovaina. Expuso la historia bimilenaria del pueblo armenio, comenzando por Noé y teniendo en cuenta que Armenia es el primer pueblo cristiano de la historia, gracias a San Gregorio el Iluminador el año 301, después de la conversión del entonces rey Tiridates III. Analizó las razones por las que el imperio otomano perpetró el genocidio, entre los años 1915 y 1923, promovido principalmente por el levantamiento de los Jóvenes Otomanos en defensa de la pureza de la raza otomana. Este levantamiento fue la respuesta de un movimiento nacionalista como reacción ante las pérdidas de territorios que estaban padeciendo en el los últimos años del siglo XIX como era la actual Egipto, y los territorios cristianos de Serbia, Rumania, Bulgaria, Albania. El movimiento que lideraron los Jóvenes Otomanos implicó una limpieza de sus territorios que padecieron el millón y medio de armenio que fueron asesinados en campos de exterminio, y otros muchos que sufrieron la deportación, la humillación, el hambre y violencia.

Hoy el pueblo armenio continúa defendiendo, 100 años más tarde, el reconocimiento de estos hechos, que como dijo el Papa Francisco en el Sínodo Patriarcal de la Iglesia Armenia-Católica: “en el amor a la verdad y a la justicia, a curar toda herida y  apresurar gestos concretos de reconciliación y de paz entre las naciones que aún no logran llegar a un acuerdo razonable sobre la interpretación de estos triste acontecimientos”.

La santidad de los mártires

El acto continuó con una ponencia del Dr. Sebastià Janeras sobre la relación histórica entre Armenia y Cataluña, seguida por una ponencia del Encargado de la Pastoral Social de la Iglesia Apostólica de Armenia, el Padre Bagrat Galstanyan, que habló del millón y medio de armenios que murieron en el genocidio y han sido canonizados recientemente por la Iglesia Apostólica Armenia. Recordó que como cristianos todos estamos llamados a la santidad, sin buscar el reconocimiento oficial, sino una santidad en la vida diaria y cercana a los más necesitados.

La conclusión la hizo el Cardenal Arzobispo Lluís Martínez Sistach que aprovechó para denunciar el genocidio, sin olvidar el aumento de persecuciones y asesinatos, en diversos países del mundo por cuestiones religiosas. Culminó diciendo que “nuestros hermanos que dieron su vida en aquella tragedia, de la Iglesia católica armenia y la Iglesia apostólica armenia, realizaron el “ecumenismo de la sangre”, que tiene que dar frutos, ya que como afirmaba Tertuliano, la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”.

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