La Sagrada Familia, templo de reunión de grandes ciudades del mundo
Los veinticinco pastores de grandes metrópolis que participan en la segunda fase del Congreso de las Grandes Ciudades asistieron al acto cultual y cultural de clausura, en el que escucharon la Palabra de Dios y músicas del mundo

Más de 100 millones de católicos estuvieron representados este martes en la basílica de la Sagrada Familia en el acto central y de clausura del Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades, en el que participaron los veinticinco arzobispos que se han reunido en los últimos días en el Seminario Conciliar de Barcelona para debatir los desafíos que tienen las grandes urbes. Bajo el título ‘Palabra de Dios y Músicas del mundo’, todos los asistentes pudieron disfrutar de una liturgia de la palabra combinada con testigos y piezas musicales interpretadas por la Polifónica de Puig-reig y la Escolanía de Montserrat.
Presencia política
Antes de comenzar el acto y en presencia de numerosos medios de comunicación, el presidente Artur Mas así como el alcalde Xavier Trias y la presidenta del Parlamento, Núria de Gispert, saludaron efusivamente al Cardenal Sistach y a los pastores de las grandes ciudades que participan en esta segunda fase del Congreso. Una foto de familia -junto con el director de Asuntos Religiosos, Enric Vendrell- puso punto y final a un encuentro entre autoridades que quisieron dar la bienvenida a los pastores venidos de todo el mundo.
Foto de familia
Una vez saludadas las autoridades políticas, los arzobispos participantes en el Congreso se hicieron una instantánea todos juntos en las escaleras del presbiterio, donde se había habilitado un escenario. Una segunda instantánea retrataba los veinticinco pastores de grandes ciudades y añadía los obispos de las diócesis con sede en Cataluña.
El mundo, representado en diferentes formatos
El acto central del Congreso de las Grandes Ciudades comenzó con un conjunto de metales y prosiguió con un saludo del Cardenal Sistach a todos los feligreses que asistieron. Canciones de todo el mundo -piezas zulú, norteamericana, filipina, polaca y catalana- interpretadas por la Polifónica de Puig-reig amenizaron el acto, que continuó con cuatro testigos, uno para cada continente participante. Un africano, una americana, una asiática y un catalán explicaron la realidad social que se vive en su continente y desmintieron prejuicios creados alrededor de su cultura.
Liturgia de la Palabra
Tras la lectura del libro del Apocalipsis, el Cardenal Sistach hizo su homilía en la que destacó el trabajo realizado en esta segunda fase del Congreso: «Estos días en Barcelona nos hemos dejado interpelar por lo que nos han dicho expertos sociólogos, pastoralistas y teólogos sobre la realidad de las megápolis, los retos y desafíos, las dificultades y las ventajas que ofrecen las grandes ciudades en la misión evangelizadora de la Iglesia para que estas, que los cristianos urbanos, sirvan más y mejor a los hombres y mujeres practicando las obras de misericordia corporales y espirituales». Y recordó que Dios vive presente en las grandes ciudades: «Nuestras grandes urbes son las ciudades de Dios y de los hombres y mujeres que desean con esperanza una ciudad donde Dios enjugará todas las lágrimas, donde no existirá la muerte, el luto, ni crímenes ni sufrimiento».
Mensaje del Papa Francisco
Uno de los momentos más esperados del acto fue la carta que el Papa dirigió al organizador del Congreso: «Me alegro por los esfuerzos realizados y animo a todos a seguir reflexionando, de manera creativa, sobre la manera de afrontar la tarea evangelizadora en los grandes núcleos urbanos en los que todos necesitan sentir la proximidad y la misericordia de Dios, que nunca los abandona». Y comparó a la Iglesia con una madre: «Como una madre, lo que le interesa es el bien de sus hijos, sin escatimar esfuerzos y sacrificios; que no les falte la luz del Evangelio para llevar una vida fecunda de esperanza, de alegría y de paz; que no les falte la acogida para sentirse integrados en una comunidad; que crezca en ellos el espíritu de auténtica solidaridad con todos, especialmente con los más necesitados».
Las oraciones de los fieles y el Padrenuestro hermanaron a todos los pastores con los feligreses de Barcelona. La clausura del acto cultual y cultural estuvo a cargo de la Escolanía de Montserrat que interpretó cinco piezas musicales. Al finalizar, los arzobispos fueron saliendo de la basílica mientras saludaban a los feligreses que habían asistido al acto.