La Sagrada Familia acoge la bendición y la eucaristía de Domingo de Ramos

La Basílica congrega una gran multitud de feligreses en recuerdo a la última entrada de Jesús en Jerusalén

La Basílica de la Sagrada Familia, como la gran mayoría de iglesias de la ciudad condal, vivió como cada año la celebración de Domingo de Ramos, la festividad litúrgica que inicia el ciclo de fiestas de Semana Santa. Mons. Sebastià Taltavull presidió la celebración recordando la entrada de Jesucristo en Jerusalén.

La ceremonia se inició en el interior del Templo donde los feligreses esperaban impacientes. A continuación, una gran multitud de gente, – tanto feligreses como visitantes curiosos -, se congregó frente a la fachada de la Pasión, donde tuvo lugar la lectura del Evangelio. Siguiendo la línea del Francisco, que pide «pastores con olor a oveja», Mons. Sebastià Taltavull se mezcló entre la multitud para hacer la bendición de las palmas, pulmones, ramas de olivo y de laurel, tal como marca la tradición.

Homilía del obispo Taltavull

La vela concluyó en el interior de la Basílica con la Misa de la Pasión del Señor. En la homilía, el obispo auxiliar quiso destacar la invitación del Francisco a acompañar a Jesús clavado en la cruz, de la misma manera que hay que acompañar a todos aquellos que sufren los efectos de las tragedias o adversidades, como es el caso de los afectados por el accidente aéreo en los Alpes franceses: «Son momentos en que debemos buscar la verdad del consuelo y transformar la espera en esperanza, momentos que también nos dan la oportunidad gozosa del encuentro con Cristo». «Su cruz ha de alumbrar los mismos. El momento es significativo. Es la hora de la entrega, la máxima expresión del Dios que en la persona de su hijo Jesús nos demuestra cómo ama la humanidad y da la vida por ella. El mayor misterio de amor hecho realidad en la historia de las personas y los pueblos «.

A continuación, Mons. Sebastià Taltavull recordó la necesidad de rememorar y contemplar el momento dramático de la muerte de Jesucristo y el triunfante de su resurrección, «con el fin de asociar al misterio que explica la decisión de cumplir la voluntad de su padre».

La Sagrada Familia celebró esta festividad con gran alegría, en un día donde los niños y niñas, palmas fueron los protagonistas.

¿Te ha interesado este contenido? Suscríbete a nuestro boletín electrónico. Cada semana, la actualidad de la Iglesia diocesana en tu correo.

Te interesará ...