¿La primera semilla del cristianismo en América se plantó en la Catedral de Barcelona?

Bajo la presencia de los Reyes Católicos, los primeros seis indios venidos del Nuevo Mundo recibieron el sacramento del bautismo en la pila bautismal gótica de la Catedral según afirma una lápida que se encuentra en el muro lateral de la capilla

La historia no miente: lo hacen los hombres por medio de sus escritos. Prueba de ello es la lápida que se encuentra situada en la capilla del bautismo de la entrada de la Catedral. En ella, se pone de manifiesto que «en el mes de abril de 1493, estando presente el Rey Fernando y su hijo Juan, en el corazón de la Catedral, los primeros seis indios venidos de América y traídos por Cristóbal Colón han renacido en el bautismo». Aunque el hecho es correcto y sucedió, la fecha que se incluye es errónea. Pero… ¿por qué?

Enfermedades e incongruencia de fechas

En primer lugar, y según la fecha marcada, el Rey Fernando se encontraba en San Jerónimo de la Murtra postrado en cama, curándose de un incidente o atentado que sufrió justamente en el portal de San Ivo de la Catedral. Además, Colón retornó a la península justamente en abril de 1493 y, desde ese momento, comenzó a haber un debate sobre los indios de América: ¿Tenían alma? ¿Eran también personas como los conquistadores? Este debate se trasladó a los eruditos de Salamanca, quienes dictaminaron -dos años después- que los indios del Nuevo Mundo debían ser tratados como un ciudadano más y, por tanto, consideraban que podían ser bautizados. Así, la Reina Isabel permitió a los recién llegados renacer en el bautismo pero siempre que se hicieran dos años de catequesis para interiorizar la fe cristiana.

Cabe decir que la única fuente que refuerza la veracidad de los hechos es Gonzalo, autor de la lápida y cronista poco fiable debido a su avanzada edad. Un motivo más para desconfiar de la veracidad de la fecha.

Misioneros en el Nuevo Mundo

Estos indios recién llegados no se quedaron en Barcelona. La lápida explica qué pasó con ellos: «A continuación retornaron a su país e hicieron de misioneros. Así, Barcelona se convirtió en la primera ciudad cristiana en plantar una semilla en el nuevo mundo, donde la lengua materna y sus propias leyes las dio España».

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