La paz no es sólo un sueño de niños

A raíz de la violencia que ha estallado en Ucrania, la Iglesia universal reza por las víctimas, los heridos y condena todo tipo de violaciones de los derechos humanos

«Un mundo sin violencia es utópico», se escucha con mucha frecuencia. Pero ¿por qué? ¿Por qué es tan difícil alcanzar la paz mundial? Es cierto que la paz no es una meta fácil de conseguir. Según Juan Pablo II, la verdadera paz no es sólo la ausencia de guerra sino que también debe venir acompañada por «la equidad, la verdad, la justicia y la solidaridad». Y la promoción de la paz verdadera es una expresión de la fe cristiana en el amor que Dios da a todo ser humano.

La Iglesia universal debe rezar por las víctimas y para que se restablezca de nuevo la concordia y la pazDurante las últimas semanas, Ucrania ha sido noticia debido a la explosión de violencia que ha impregnado el país del Este. La Guerra Civil ha dejado más de 80 víctimas y más de 500 heridos. A raíz de esta violación de los derechos humanos, Iglesias de todo el mundo han hecho llegar al arzobispo de Kiev, Sviatoslav Shevchuk, sus condolencias y su aprehensión ante la evolución dramática de los acontecimientos. También la Conferencia Episcopal Española, en nombre de todos los obispos, ha enviado un mensaje en el qual se expresa que «se sienten unidos en el dolor a la Iglesia y al pueblo ucraniano y ofrecen oraciones por el eterno descanso de los difuntos, por la salud de los heridos y por el rápido restablecimiento de la paz».

Una llamada mundial

El Papa Francisco, en la segunda jornada del Consistorio sobre el tema de la familia, envió un saludo, no sólo personal, sino en nombre de todos, a los cardenales ucranianos que «en estos días sufren tanto y encuentran tantas dificultades a su patria. Creo que es precioso que este mensaje llegue en nombre de todos: ¿Están de acuerdo?». Y la respuesta fueron sonoros aplausos que apoyaban a sus compañeros y llamaban a la paz .

La guerra es siempre una derrota de la humanidadHay diferentes maneras de rezar por la paz en Ucrania: orar porque Dios proteja a los inocentes de la violencia, para que el gobierno elija la paz y la justicia en lugar de la represión y la violencia, para que las autoridades no utilicen su poder para hacer el mal sino para el bien; rezar por todos aquellos cristianos que pasan sus días orando por la gente, que Dios les ayude a proclamar el Evangelio de Jesucristo en este tiempo.

La Iglesia y la violencia

Decía Juan Pablo II que «hasta que aquellos que ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz». Una frase que, desgraciadamente, todavía tiene vigencia más que nunca en la sociedad mundial de hoy en día.

La promoción de la paz verdadera es una expresión de la fe cristiana en el amor que Dios da a todo ser humanoPor su parte, el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia establece que «la paz está en peligro cuando no se reconoce al hombre lo que se le debe como hombre, cuando su dignidad no es respetada (…) la guerra no representa jamás un medio idóneo para resolver los problemas que surgen». Por tanto, el conflicto bélico en Ucrania se podría haber evitado o, incluso, se puede acabar resolviendo con un diálogo respetuoso entre ambas partes del enfrentamiento de manera que se pueda llegar a un acuerdo entre todos. «La justicia se ha de defender con la razón y no con las armas. No se pierde nada con la paz y puede perderse todo con la guerra», decía Juan XXIII.

Sin embargo, si se llega a un supuesto violento, como es una guerra civil, en el que la población queda dividida por sus ideales, la Iglesia local debe estar allí para ayudar, consolar y apoyar a aquellos que sufren. Y, mientras tanto, la Iglesia universal debe rezar por las víctimas y para que se restablezca de nuevo la concordia y la paz porque, como afirmaba Juan Pablo II, «la guerra es siempre una derrota de la humanidad» y la paz no es sólo un sueño de niños, sino que es la ilusión de miles de millones de personas en todo el mundo.

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