La Orden de Caballería del Santo Sepulcro

6 caballeros y 10 damas ingresaron en la Orden e hicieron juramento ante el Cardenal Sistach

Con una historia casi milenaria, los Caballeros peregrinaron desde Jerusalén hasta Europa, donde continuaron manteniendo vivos los objetivos de la Orden hasta el día de hoy

Nuevos miembros ingresarán en la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén el próximo sábado en la Catedral, en una misa presidida por el cardenal Sistach. Pero, ¿de dónde proviene esta orden? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Cómo se organizan? ¿Cómo visten? Y, sobre todo, ¿cuál es su simbología? Con todo, será más sencillo comprender una orden casi milenaria que lucha por el catolicismo en Tierra Santa.

Historia de la orden

La orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuya creación se ha atribuido durante mucho tiempo a Godofredo de Bouillon (principal líder de la Primera Cruzada), probablemente tuvo su origen en la investidura de Caballeros que en el siglo XII fueron a Tierra Santa para defender el Reino Latino de Jerusalén.

Tras la caída de Jerusalén en poder del Islam el año 1187, los Caballeros perdieron su asentamiento en la ciudad y se convirtieron en unos «caballeros peregrinos» en toda Europa, donde difundieron y mantuvieron vivo el espíritu de cruzada que permitiera recuperar los Santos Lugares. Por este motivo, actualmente, la orden tiene presencia en más de 31 países a través de las llamadas lugartenencias (sedes territoriales).

A principios del siglo XV, los Soberanos Pontífices otorgaron a la orden del status de una verdadera Orden de Caballería, confiándole la custodia de Tierra Santa. A partir de ahí, los cambios fueron constantes. En 1847, el Papa Pío IX permitió que se crearan nuevos miembros de la orden fuera de Jerusalén, siempre que se tuviera la aprobación del Patriarca. Veintiún años después, el Papado decidió asumir directamente la función de Gran Maestre de la Orden. Y, en 1888, el Papa León XIII aprueba la decisión de aceptar a Damas como miembros de la Orden. Casi medio siglo después, en 1938, Pío XII dio a los Caballeros un nuevo Estatuto y nombró como protector a un Cardenal, para que éste, posteriormente (1949), se convirtiera en Gran Maestre (máxima autoridad de la Orden).

El actual Estatuto de los Caballeros del Santo Sepulcro los aprobó el Papa Pablo VI en 1977 y Juan Pablo II modificó dos artículos. Gracias a la historia y a los estatutos, es sencillo comprender sus objetivos y su finalidad básica.

Misión de los Caballeros del Santo Sepulcro

La Orden ha recibido del Santo Padre la misión especial de reforzar la práctica de la vida cristiana entre sus miembros y de ayudar al mantenimiento de la presencia cristiana en Tierra Santa. En definitiva, el Papa ha devuelto a la Orden su función primitiva pero con una gran diferencia: los medios no son ahora la fuerza de las armas sino la ayuda fraternal a los cristianos de Tierra Santa.

La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén tienen por objeto fortalecer la práctica cristiana con absoluta fidelidad al Santo Padre; sostener y ayudar a las obras e instituciones de culto, caritativas, culturales y sociales de la Iglesia Católica en Tierra Santa; velar por la conservación y la propagación de la fe en aquellas tierras y sostener los derechos de la Iglesia Católica en Tierra Santa.

Líneas de actuación

Gracias a las donaciones de los miembros de la Orden, que van destinadas íntegramente a Tierra Santa, durante los últimos decenios se han edificado 4 jardines de infancia y 3 grandes escuelas: una de primaria y secundaria en René, una segunda en Fuheis ( Jordania) y la tercera en Kerak-al Wasieh (sur de Jordania). Ante la continua situación dramática en Tierra Santa, el Gran Maestre decidió reducir drásticamente la ayuda dirigida a la construcción de nuevos edificios, con el fin de destinar mayores recursos a favor de la ayuda humanitaria.

Lugartenencia en Cataluña

Giraud, un hombre que gobernó el convento del Santo Sepulcro, recibió de Ramón Berenguer IV villas en Aragón y la facultad de erigir un convento de su orden en Calatayud (1149), sede principal de la Orden en Aragón. En Cataluña, la Orden tenía la sede en la Iglesia de Santa Ana de Barcelona, ​​que les fue cedida en 1141, y que aún hoy es la sede de los Caballeros del Santo Sepulcro. Es por ello, que la Vigilia de Armas se hace en este recinto.

Organización

La Orden está regida y gobernada por el Cardenal Gran Maestre, que actualmente es el cardenal americano Edwin F. O’Brien, que fue nombrado por el Papa como protector de la Orden.

En Cataluña, encontramos un Lugarteniente, que es el conde de Lavern, Jacinto Maristany de Ibarra, y un Gran Prior, que es el cardenal Sistach. Debido a esto, el Dr. Lluís Martínez Sistach será quien presida la eucaristía de ingreso de nuevos miembros a la Orden del Santo Sepulcro el próximo sábado.

Simbología de la Orden

Hay dos símbolos imprescindibles. Por un lado, las cinco cruces potentadas o Cruz de Jerusalén, que constituyen su emblema y que los Caballeros y las Damas muestran a sus uniformes. El color rojo sangre de la Cruz recuerda «el amor de Cristo Redentor, su sangre derramada por nosotros, su muerte y su Resurrección».

Por otra parte, otro de los símbolos más utilizados y que se podrá ver en la Vigilia de Armas es la espada, también llamada Espada de Godofredo (adopta el nombre del creador de la Orden). En la sociedad actual, que aprecia menos los símbolos en todo lo referente a las armas y se declara a favor de la paz y la justicia, sobre todo en Tierra Santa, parece importante insistir en el simbolismo más espiritual de la espada.

¿Cómo vestirán los nuevos miembros de la Orden?

El día de su inclusión en la Orden, los Caballeros llevarán el uniforme típico por debajo del hábito coral, de cerradura blanco amplio, largo hasta el suelo y con cola. Los eclesiásticos (diáconos o presbíteros) sólo tendrán que poner la muceta, mientras que las damas vestirán un traje negro largo, con velo negro en la cabeza y capa de terciopelo de seda negro, con la cruz de Jerusalén roja fileteada en color oro.

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