La Nit dels Testimonis, un refuerzo en nuestra fe

Esta iniciativa, organizada por la Delegación de Juventud junto con "Ayuda a la Iglesia Necesitada", contó con la presencia del Cardenal Martínez Sistach

Un homenaje a todos los hermanos cristianos que han perdido la vida defendiendo su fe. Escuchar el testimonio de lo sque han huido de su país debido a las persecuciones, y fortalecerse rogando para que estos testimonios ayuden a los creyentes a ser fuertes en la fe y también para que estos testimonios puedan vencer todas las dificultades.

Con esta voluntad, la iglesia de Santa Maria del Pi acogió la segunda «Nit dels Testimonis» que se celebra en Cataluña. Esta iniciativa, organizada por la Delegación de Juventud junto con «Ayuda a la Iglesia Necesitada», contó con la presencia del Cardenal Martínez Sistach, y con la del director de esta institución a nivel español, Javier Menéndez.

Testimonios

Esta emotiva vigilia de oración contó con tres testigos emocionantes. Experiencias vitales llenas de valor y mucha fe. Como la del padre Kenneth, presbítero nigeriano que llegó a Europa en patera, que quiso transmitir que la esperanza y la seguridad de estar al lado de Jesucristo es lo que le ha ayudado a salir adelante.

«Después de todo, siempre queda algo que no se muere en la persona: la esperanza. Esta esperanza nos lleva hacia un camino que nos acerca al Señor y doy gracias por todo lo que es capaz de hacer en mi vida. Aunque uno puede llegar a pensar que no vale para nada, Dios siempre tiene por él proyectos grandes para su vida. A través de la oración se debe llegar a descubrir el plan que Dios tiene para nosotros «, destaca el P. Kennet.,

Historias de sacrificio y creencia que fortalecen la fe de los que no tienen tantas dificultades para defensarla. El P. Douglas, ex soldado y sacerdote iraquí, resiste con fuerza, no se rinde, y pide que los cristianos de todo el mundo, los recuerden. «Como cristianos, no sólo estamos para los buenos momentos, sino también por los malos. Nunca nos rendimos, como Jesucristo tampoco lo hubiera hecho. Él se sacrificó sin quejarse. Yo, que sólo soy un pequeño servidor, un soldado de Dios, sólo quiero que si finalmente esto ha de acabarse, si mi comunidad queda destruida o yo muero, tengo la esperanza de que gente como vosotros recuerde nuestras historias».

Procesión del Santísimo

Después del último testimonio, el de la virgen consagrada china Josefina, se hizo una bonita procesión del santísimo hacia el altar, para posteriormente exponerlo colocando la sagrada forma en la custodia para bendecir a todos los fieles.

Unos minutos de silencio y oración para todos los cristianos perseguidos pusieron punto y final a una noche que ayudó a hacer sentir que todos somos y hacemos Iglesia

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