La familia, iglesia doméstica y escuela de virtudes

El Cardenal Sistach presidió la misa de las familias en las que matrimonios que este año celebran sus bodas de plata y oro renovaron su compromiso matrimonial

Con una gran ovación finalizó la misa con motivo de la festividad de la Sagrada Familia, que tuvo lugar este domingo en la basílica gaudiniana. Las protagonistas de esta celebración fueron, sin duda, las familias, que pudieron disfrutar de una eucaristía presidida por el Cardenal Sistach y concelebrada por el obispo Taltavull y Mn. Claret, delegado episcopal de pastoral familiar.

Una institución creada por Dios

La liturgia renovada del Concilio Vaticano II hace que la fiesta de la Sagrada Familia se celebre en el seno de las fiestas de Navidad. Esto destacó el Cardenal Sistach en su homilía, donde también recalcó que «la familia fundada en el matrimonio de un hombre y de una mujer es una institución creada por Dios». El Arzobispo de Barcelona puso como modélica la familia de Jesús, José y María: «Los esposos y los hijos deben imitar las virtudes de la Sagrada Familia de Nazaret, donde Jesús, María y José se querían y se esforzaban por superar las dificultades, y su amor no quedaba encerrado en su familia, sino que estimaban a Dios y a los hermanos, compartiendo lo que tenían con los que lo menos tenían».

Renovación de compromisos

Recordando el amor auténtico de los esposos, aquellos matrimonios que celebraban 25, 50 y 60 años de casados se pusieron en pie para renovar su compromiso matrimonial dándose la mano derecha.

La colecta de esta celebración fue destinada al Fondo Común Diocesano para ayudar a las necesidades de toda la Iglesia de la archidiócesis. Por su parte, las ofrendas fueron llevadas por familias con niños y matrimonios de todas las edades.

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