La Escolania de Montserrat clausura el homenaje a Gaudí
Ciudad del Vaticano, 13 enero (EFE).- El coro de voces blancas de la Escolania de Montserrat ha clausurado, en Roma, los actos organizados en el Vaticano en honor de Antoni Gaudi con un concierto al que asistió el secretario de estado vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, quien ha destacado la espiritualidad del artista catalán. «La espiritualidad [...]

Ciudad del Vaticano, 13 enero (EFE).- El coro de voces blancas de la Escolania de Montserrat ha clausurado, en Roma, los actos organizados en el Vaticano en honor de Antoni Gaudi con un concierto al que asistió el secretario de estado vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, quien ha destacado la espiritualidad del artista catalán.
«La espiritualidad inspiró profundamente toda la vida del artista y la plasmó con genio y dedicación en su obra, mostrando un singular esplendor de horizontes universales, en el que todos pueden apreciar la belleza y la verdad que anida en el corazón humano», ha dicho Bertone, que ha intercalado el catalán en su discurso, pronunciado en castellano.
Bertone ha resaltado que el proyecto magistral de Gaudí (1852-1926) fue la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona, que consagró Benedicto XVI en noviembre del pasado año.
En la Sagrada Familia -ha subrayado Bertone- se percibe uno de los propósitos de Gaudi: «superar la escisión entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, ente belleza de las cosas y Dios como belleza, expresándolo no con palabras, sino con piedras, trazos, planos y cumbres».
El concierto de la Escolania de Montserrat se ha celebrado en la monumental basílica romana de Santa María in Trastévere y al mismo han asistido varios centenares de personas, entre ellas el ministro italiano de Cooperación Internacional, Andrea Riccardi; el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, y la presidenta del Parlament de Catalunya, Núria de Gispert.
La Escolania de Montserrat, formada por 52 muchachos de entre nueve y trece años y dirigida por Bernat Vivancos, ha puesto el broche de oro a la exposición «Gaudí y la Sagrada Familia. Arte, ciencia y espiritualidad», que se expone en el Vaticano desde el pasado 24 de noviembre y que se cerrará el próximo día 15.
El cardenal Martínez Sistach ha destacado el éxito de la misma y ha dicho que ha sido vista por más de 30.000 personas, lo que la convierte en una de las más visitadas de las instaladas en el Vaticano.
El arzobispo de Barcelona ha dicho que con la misma se ha querido agradecer al papa su viaje a la ciudad catalana para consagrar el templo de Gaudi.
Martínez Sistach ha resaltado, a preguntas de Efe, que el papa quedó «impresionado» cuando vio «La Sagrada Familia» y que le dijo que se quedaba «con un recuerdo inolvidable».
El purpurado ha destacado las buenas relaciones entre Cataluña y el Vaticano y subrayó la importancia de que España y Cataluña, tierra de raíces cristianas las mantengan y no pierdan su identidad.
«Sin la fe y la espiritualidad cristianas la obra de Gaudí sería incomprensible, aunque se pueda admirar en alguno de sus aspectos particulares -como los relativos a la técnica constructiva y a las artes plásticas-, pero no la totalidad impregnada de la fe, de la que es una gran catequesis en piedra», ha remarcado el cardenal.
La primera parte del concierto de la escolanía, que tiene su origen en la edad media, estuvo basada en textos del sacerdote y poeta Jacinto Verdaguer (1845-1902) y música del monje y maestro de la escolanía Angel Rodamilans (1874-1936).
Los niños han cantado «Rosa vera», «El Girasol», «Amor, canÇo de maig», «El nom de María» y «Moreneta en sou», en honor de la Virgen de Montserrat.
La segunda parte ha estado dedicada a canciones tradicionales navideñas catalanas, entre ellas «El desembre congelat», «La mare de Déu», «El cant del ocells» y «Les dotze van tocant».
Además de la exposición, instalada en el Vaticano, también se celebró en el Museo Nacional de las artes del siglo XXI de Roma la conferencia «Arquitectura: símbolo y sagrada. Un siglo después de Gaudí», a cargo del cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura.