La Conferencia Episcopal Española llama a la inclusión de los necesitados en la sociedad

Afirma la necesidad de que se produzca una verdadera regeneración moral a nivel personal y social y para eso aporta motivos para el compromiso y la esperanza en la instrucción 'Iglesia, servidora de los pobres '

“El enriquecimiento ilícito quiebra gravemente la solidaridad y siembra la desconfianza social”, con estas palabras la Conferencia Episcopal Española se refirió, en la instrucción pastoral Iglesia, servidora de los pobres publicada el lunes 27 de abril, a los recientes casos de corrupción que se han hecho públicos derivados de “la codicia financera y de la avarícia personal”. Este documento se inicia con un breve resumen destacando las distintas crisis que estan padeciendo los diversos grupos sociales de nuestra sociedad.

El mal de la corrupción

Apoyándose en la Doctrina Social de la Iglesia, hace una clara denuncia a los procesos de corrupción política, aunque reconoce que “la mayoría de nuestros políticos ejerce con dedicación y honradez sus funciones públicas”. Precisamente por eso, la instrucción advierte que “resulta urgente tomar las medidas adecuadas para poner fin a esas prácticas lesivas de la armonía social” ya que considera que “la falta de energía en su erradicación puede abrir las puertas a indeseadas perturbaciones políticas y sociales”. Como pastores de la Iglesia consideran esta situación como “una grave deformación del sistema político” y afirman que hay que volver a situar el bien común como base para fomentar la solidaridad con los más pobres y la cohesión social.

Opción preferencial por los pobres

Por otra parte, los obispos quisieron destacar el problema del “empobrecimiento espiritual” porque “ignorar a Cristo constituye una indigencia radical, pero quien le conoce de verdad, inmediatamente lo reconoce en todos los pobres, en todos los desfavorecidos”. El documento también habla del empobrecimiento espiritual que sufren muchos bautizados “que carecen de una suficiente formación cristiana y vivencia de la fe”. Para terminar este punto dedicado a la situación social en la que vivimos, habla de la necesidad espiritual de los pobres, que es la peor discriminación que sufren teniendo en cuenta que “la inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe”, y requieren nuestra solicitud espiritual para acercarles a Dios.

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