La comunidad francesa celebra 400 años de historia en Barcelona
Esta semana se ha celebrado en Barcelona el Seminario sobre las Familias con la comunidad francesa como protagonista de la reunión

Con motivo del Seminario sobre la Familia que se ha celebrado esta semana en Barcelona, ​​ha tenido lugar una serie de actos y conferencias que han contado con la participación de diferentes comunidades católicas extranjeras: la alemana, la italiana, la polaca, la ucraniana, la filipina, la china, la catalana y la francesa. Esta última comunidad ha tenido una papel relevante en la reunión internacional, ya que justamente ahora celebra sus 400 años de historia desde que se estableció en la ciudad por primera vez. De esta manera, todos los actos del Seminario sobre la Familia han sido dirigidos por la comunidad de Père Mathias, rector de la parroquia francesa de la Mare de Déu de Lourdes (Calle Anglí, 15).
El cardenal arzobispo emérito Lluís Martínez-Sistach fue el encargado de inaugurar el encuentro. Lo hizo con una conferencia sobre el tratamiento del matrimonio de la familia en los dos últimos sínodos. El acto fue una oportunidad para los asistentes para entender el sínodo, que tuvo lugar entre 2014 y 2015, y saber como se fue trabajando el documento final que se le entregó al Santo Padre. La conferencia se organizó en la residencia salesiana María Codolar (Av. Cardenal Vidal i Barraquer, 15), el pasado 30 de septiembre.
Misa internacional en la Sagrada Familia
El sábado 1 de octubre la Sagrada Familia acogió una gran eucaristía con la participación protagonista de todas las comunidades católicas de no habla catalana y castellana de Barcelona. La misa estuvo dirigida en francés para conmemorar la presencia de los francófonos en la ciudad de Barcelona desde hace 400 años y fue presidida por el arzobispo de Barcelona, ​​Mons. Juan José Omella, quien con un francés muy fluido improvisó sus palabras en la homilía. Destacó que ese acto era un signo eclesial por haber reunido tantas comunidades distintas en un mismo templo.
La misa fue posible gracias al trabajo común de todas las comunidades católicas extranjeras que periódicamente se reúnen dentro del Programa de Inmigración la Delegación Pastoral Social del Arzobispado.
La colecta de la Eucaristía se destinó exclusivamente al Programa de apoyo a personas sin hogar de Cáritas Barcelona.