La clase de religión en nuestra diócesis

[Nota informativa] Un 42% del alumnado del arzobispado de Barcelona recibe la enseñanza de la religión El delegado de Enseñanza, Dr. Ramon Corts, publica esta cifra, considerada como muy positiva El doctor Ramon Corts i Blay, delegado diocesano de Enseñanza del arzobispado de Barcelona, ha dado a conocer una cifra significativa en relación con la [...]

[Nota informativa]

Un 42% del alumnado del arzobispado de Barcelona recibe la enseñanza de la religión

El delegado de Enseñanza, Dr. Ramon Corts, publica esta cifra, considerada como muy positiva

El doctor Ramon Corts i Blay, delegado diocesano de Enseñanza del arzobispado de Barcelona, ha dado a conocer una cifra significativa en relación con la clase de religión católica: según datos del actual curso escolar, un 42%del alumnado que corresponde al territorio de la diócesis de Barcelona recibe este tipo de enseñanza.

“Éste es un buen dato”, escribe el doctor Corts en un comentario que se incluye al final de esta nota informativa. “No lo es suficientemente –añade el delegado de Enseñanza-, si tenemos en cuenta, entre otras cosas, que la religión en la Educación Infantil todavía no llega a ser suficientemente tenida en cuenta. Y también que, cuando en Cataluña se inició la ESO, los créditos comunes de Religión pasaron a la franja de créditos variables y de esto todavía sufrimos históricamente las consecuencias”.

El doctor Corts reconoce que pueden surgir iniciativas unilaterales e ilegales que determinen que en un centro escolar no se ofrezca la clase de religión, que es de obligada oferta por parte de los centros y de libre elección por parte de los alumnos o de sus padres. “Cuando aparecen estas dificultades –escribe el delegado diocesano de Enseñanza- constatamos siempre un buen entendimiento entre la Delegación de Enseñanza del obispado y los servicios de Enseñanza de la Generalitat. No llegan a nuestra Delegación por parte de padres y de enseñantes tantas denuncias relativas a estas transgresiones como para poder afirmar la existencia de una amplia conculcación de la normativa sobre la clase de religión”.

Barcelona, 6 de mayo de 2011


Texto íntegro del comentario del Dr. Ramon Corts:

Religión en la escuela: fuente de libertad y de búsqueda de sentido, de socialización y de cultura, de sabiduría en definitiva

Se acerca a la mitad el número de padres y de alumnos que, en el ámbito de la geografía de la diócesis de Barcelona, han hecho esta opción

A la Delegación Diocesana de Enseñanza del Arzobispado de Barcelona han llegado ya los datos del curso escolar 2010-2011 tanto del Departamento de Enseñanza de la Generalidad de Cataluña, como de la Fundación Escuela Cristiana y de otras escuelas de iniciativa privada con respecto a la enseñanza de la asignatura de religión católica en sus centros de educación infantil, primaria y secundaria. El resultado es que un 42% del alumnado que corresponde al territorio de la diócesis de Barcelona recibe este tipo de enseñanza.

Es un buen dato. No lo suficientemente si tenemos presente, entre otras cosas, que la religión en  Educación Infantil todavía no llega a ser suficientemente tenida en cuenta. Y también, que, cuando en Cataluña se inició la ESO, los créditos comunes de Religión pasaron a la franja de créditos variables y de esto todavía sufrimos históricamente las consecuencias.

Sin prescindir los datos que hemos ofrecido, podríamos añadir que el número de escolares que cursan religión en Primaria desciende lentamente. Sin embargo cuando estos alumnos han escogido la religión suelen perseverar durante toda la etapa escolar.

Más allá de estas cifras, podríamos hablar del marco legal de la religión en la escuela y de sus agentes, los maestros y los profesores, los alumnos y sus padres.

El Marco legal. La Constitución española – apoyándose en los Derechos Humanos – reconoce y protege la libertad de conciencia. Esto asegura que cada persona sea formado según sus propias convicciones o las de sus representantes legales (Constitución Española, Art.27, 3). Este derecho es reconocido a todos los ciudadanos sean creyentes o no. El Estado español es aconfesional – que no profesa ninguna confesión religiosa, pero tiene en cuenta todas las que hay en su territorio y garantiza los derechos de quienes las practican – y por esta razón mantiene relaciones de cooperación con las diversas confesiones religiosas. Todos saben, que la clase de religión no es materia obligatoria en nuestro país, pero sí que es de obligada oferta por parte de las escuelas y los institutos. Supone pues un ejercicio de libertad y de respeto.

Hay ciertamente, sin que podamos generalizar, algunos centros escolares que a la hora de formalizar la matrícula ponen dificultades. Igualmente, pueden surgir iniciativas unilaterales e ilegales determinante que en un centro escolar no se ofrezca la clase de religión. Cuando aparecen estas dificultades constatamos siempre un buen entendimiento entre la Delegación de Enseñanza del Obispado y los servicios de Educación de la Generalitat. No llegan a nuestra Delegación por parte de padres y de profesores tantas denuncias relativas a estas transgresiones, como para poder afirmar la existencia de una amplia conculcación de la normativa sobre la clase de religión.

Los docentes. Sin duda, los maestros y profesores de religión constituyen uno de los colectivos mejor formados profesionalmente, tanto a nivel teológico como didáctico, con que cuenta la Iglesia en Barcelona para llevar a buen término con competencia no sólo la formación estrictamente religiosa, sino también para aportar a la sociedad catalana muchos valores dignos de ser compartidos. En este sentido, cabe decir que durante casi treinta años, los profesores de religión han hecho un buen trabajo para mejorar su formación permanente y han defendido también por sus derechos laborales, reconocidos en gran parte por nuestros Gobiernos. Es cierto, pues, que las características propias de la escuela en general y de la pública en particular, y la honestidad profesional obligan al profesor de Religión a estar al día, ya que se encuentra en una dinámica compleja debido a la diversidad cultural, la laicidad e incluso de la vinculación eclesial.

Los alumnos. La religión contribuye a la formación integral de la persona en tanto que ayuda al niño y el adolescente a entender su origen y su futuro, a situarlo en el mundo y a vivir según los valores del credo que profesa o que todavía busca . La moral religiosa no puede anular la ética civil, sino que ha de suponer un plus positivo en orden a los valores compartidos como los del ámbito de  la ciudadanía, de la democracia y de la socialización.

De la escuela y de la religión hablan también los obispos catalanes en su último documento colectivo que es como una declaración de su servicio a nuestro pueblo: <>. Unas palabras que están en clara sintonía con lo que ha dicho Benedicto XVI a los profesores de religión de Italia: <>. El saber en la escuela no consiste sólo en el conocimiento instrumental. Maestros, padres y alumnos, todos estarían de acuerdo en afirmar, que la escuela ha de ser también sabiduría de vida. La religión es una respuesta en el marco escolar.

Finalmente, la religión es muy útil como fuente de cultura. Así lo han señalado muy bien los obispos catalanes: <>(Obispos de Cataluña, Al servicio de nuestro pueblo). Y ello tanto por los chicos y chicas de aquí como los venidos de fuera y que se integran en nuestra sociedad catalana. La opción a favor de la enseñanza de la religión en la escuela es una oportunidad más que tienen los alumnos inmigrantes, incluso de otras religiones, como herramienta de integración social y cultural, ya sea porque para ellos la religión constituye un elemento importante de su cultura, ya sea por el deseo de conocer la nueva cultura que quieren hacer también suya. Merecen una buena acogida.

Mn. Ramon Corts Blay

Delegado diocesano de Enseñanza de Barcelona

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