La Catedral, limpia de palomas y gaviotas
A pesar de haber probado diferentes sistemas para evitar que las aves defequen en la fachada de la Catedral, el método más efectivo es la descarga eléctrica que se ha instalado en todo el exterior

Las palomas y las gaviotas son, normalmente, los causantes de los daños a monumentos y edificios históricos. Las alteraciones químicas y biológicas que producen las deposiciones de estas aves conducen a un cambio a menudo severo de la composición química del edificio, lo que conlleva que su reparación sea en algunos casos imposible.
Para evitar esta problemática, que se une a los detrimentos físicos y estéticos, la Catedral de Barcelona tiene instalados -en el exterior del edificio, siguiendo su contorno- unos cables que dan una pequeña descarga eléctrica a quien los toque. Esta protección no mata ni hace daño a las palomas y gaviotas, sino que tan sólo las asusta. Aunque este es el procedimiento actual y definitivo ya que las aves tienen miedo de enramparse, antes se establecieron otros métodos que no triunfaron.
Graznidos y pinchos
El primer sistema que se implantó fue un sonido de ataque de las propias gaviotas. Al principio, les daba respecto pero una de las gaviotas era sorda y continuaba poniéndose encima de uno de los pináculos de la Catedral. Al ver que no pasaba nada, las otras aves siguieron sus pasos y, de nuevo, toda la fachada quedó llena de guano.
De ahí se pasó a los pinchos. Era obvio que las gaviotas y las palomas no se aproximarían pero, con el tiempo, comenzaron a llevar ramas y basura para hacer sus nidos y allí se establecieron de nuevo.