Jornada de las vocaciones nativas

El último domingo de abril se celebra la jornada anual de las vocaciones nativas que organiza la Obra de San Pedro Apóstol. Bajo el lema «Al servicio de la reconciliación». En la experiencia cristiana, uno de los efectos que viene propiciado por la caridad es la misericordia. Porque la caridad se entrega por una doble [...]

El último domingo de abril se celebra la jornada anual de las vocaciones nativas que organiza la Obra de San Pedro Apóstol. Bajo el lema «Al servicio de la reconciliación».

En la experiencia cristiana, uno de los efectos que viene propiciado por la caridad es la misericordia. Porque la caridad se entrega por una doble motivación: por gratuidad o reconciliación. Son la cara y la cruz del amor cristiano. Sabemos que la Iglesia está formada por miembros frágiles y pecadores, pero tiene la cualidad de sostener y fundamentarse en Jesucristo, el único Salvador del género humano. El lema que hemos escogido para la Jornada de Vocaciones Nativas se hace vivo y palpable en los que son llamados a seguir de cerca a Cristo: su entrega no tiene otra forma de comportamiento que el hacer posible la reconciliación entre la gente y los pueblos. Muchos son los misioneros que mueren a causa del odio, y siempre mueren perdonando.

Las vocaciones nativas, que desarrollan su actividad caritativa y pastoral en países tantas veces acosados por guerras y luchas tribales, son exponentes de una nueva forma de vivir por la paz y para la paz, por la conciliación y para la reconciliación.

La experiencia del misionero, debe ser un testimonio de amistad, ya que por el puente de la amistad pasa Cristo. Por eso los lazos de amistad llevan a una hermandad conciliada y reconciliada, si en algún momento se ha roto. Tanto la conciliación como la reconciliación tienen un nombre: amor misericordioso. Si el padre no hubiera tenido ese amor, como nos narra el Evangelio, no se hubiera reconciliado con su hijo que salió de casa. La vida cristiana es una experiencia de profunda reconciliación.

La Obra de San Pedro Apóstol trabaja para sensibilizar al pueblo cristiano sobre la importancia de las vocaciones sacerdotales y religiosas nacidas en las Iglesias jóvenes, así como por la necesidad de velar por ellas mediante becas y ayudas de sostenimiento en seminarios y centros de formación, de tal manera que puedan disponer de recursos materiales, sin los cuales no podrían salir adelante.

En esta Jornada de vocaciones nativas, pedimos al dueño de la mies que envíe muchos jóvenes para trabajar junto y de la mano de Jesucristo en esta sociedad nuestra que está tan necesitada de amor, paz y reconciliación.

 

Delegados de Misiones


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