IV Jornadas Interdiocesanas de Catequesis

[Secretariado Interdiocesano de Catequesis] Del 12 al 14 de noviembre, el Obispado de Girona acogió este año las IV Jornadas interdiocesanas de Catequesis, las cuales tuvieron por marco la localidad de Santa Susanna, en la comarca del Maresme, y que como siempre organizaba el Secretariado Interdiocesano de Catequesis ( SIC), convocadas bajo el lema «Ser [...]

[Secretariado Interdiocesano de Catequesis]

Del 12 al 14 de noviembre, el Obispado de Girona acogió este año las IV Jornadas interdiocesanas de Catequesis, las cuales tuvieron por marco la localidad de Santa Susanna, en la comarca del Maresme, y que como siempre organizaba el Secretariado Interdiocesano de Catequesis ( SIC), convocadas bajo el lema «Ser cristianos. Instruidos por la Palabra, renovados por los Sacramentos «.

La Sra. Montserrat Oriol, directora del SIC dio la bienvenida a cerca de 300 catequistas venidos de todas partes de los obispados con sede en Cataluña y también de los de las islas Baleares. Después, Mons. Xavier Salinas, obispo de Tortosa y encargado de la Conferencia Episcopal Tarraconense para la Catequesis, dirigió la oración inicial, complementada con un cautivador montaje audiovisual.

A continuación, Mons. Salinas procedió a la presentación de las Jornadas, remarcando el papel insustituible de la Catequesis y de los catequistas en el proceso de la iniciación cristiana.

Después de cenar, se presentó un «happening» ideado por Mn. Josep Lluís Arin y magníficamente realizado por el grupo «Bufanúvols», encabezado por Pablo Tarruell y Carmina Mas. Se titulaba «Los caminantes de Emaús» y explicaba el episodio de los dos discípulos que, camino de Emaús, se encontraron con el Señor resucitado, haciendo a la vez un divertida repaso a diversos momentos de la Biblia que tenían que ver con la fe y la esperanza del pueblo de Israel, conectados con su realización en Jesucristo.

A continuación Mn. Arin, que —dicho sea de paso— demostró que el rigor en la exposición no está reñido con el buen humor que hace atractivos incluso los temas más áridos, se adentró en lo que calificó de «recuperación de unos discípulos en proceso de dimisión «, aplicable a nuestros tiempos. Indicó que el episodio de los discípulos de Emaús —exclusivo del evangelista Lucas— es la mejor catequesis resurreccional, centrada en la iniciativa y acción del Señor resucitado y estructurada sobre el contraste de estos dos discípulos de Emaús que empiezan abandonando Jerusalén, conversando-discutiendo, con ojos que no reconocen a Jesús y acaban con los ojos abiertos y reconociendo Jesús, conversando con el corazón abrasado de entusiasmo y volviendo a Jerusalén con los Once.

Tras analizar qué motores-fuerzas provocan un cambio tan radical, resumió su intervención diciendo que «confiando en la Gracia misericordiosa del Señor que constantemente toma la iniciativa y quiere hacer camino con nosotros, dejándonos guiar por las Escrituras que nos interpelan e iluminan el camino a seguir; siguiendo el camino mejor de la Caridad, signo supremo de identificación cristiana; celebrando vivamente la Eucaristía que expresa toda la identidad cristiana, nos convertiremos realmente piedras vivas de la Iglesia que el Señor quiere hacer crecer hoy en nuestra casa «.

El segundo día

El día 13, segundo de las jornadas, comenzó con una oración preparada por Mn. Josep Lluís Arin, a la que siguió la ponencia «Catequesis y Liturgia. Dos acciones fundamentales en el proceso para convertirse en cristiano «, a cargo de Mn. Antonio Elvira, delegado de Catequesis del Obispado de Urgell.

Después de una introducción explicando el significado del término «liturgia» e indicando que la catequesis y los sacramentos son necesarios, fundamentales para convertirse en cristianos, pasó a analizar la Catequesis y la Liturgia en la iniciación cristiana para concluir que en la catequesis de iniciación se realiza también una iniciación sacramental. A continuación se adentró en el análisis del proceso de iniciación a la vida cristiana. Resumió su ponencia diciendo que «la catequesis, intrínsecamente unida a toda la acción litúrgica y sacramental, debe favorecer esta participació.No podemos olvidar que la participación fructuosa en la celebración litúrgica y sacramental depende mucho de la calidad de la catequesis . En cualquier caso, la catequesis al servicio de la iniciación cristiana ha de desarrollar en relación con los sacramentos de iniciación, como un elemento interior de estos, y con las celebraciones litúrgicas propias de este proceso catequético «.

Tras unos breves instantes de descanso, fue el turno de Mons.Sebastià Taltavull, obispo auxiliar de Barcelona, y su ponencia sobre «Vivir el día del Señor», estructurada en cinco puntos. Mons. Taltavull comenzó hablando sobre la «cultura» del fin de semana que condiciona el vivir hoy el domingo-entendido como «Día del Señor» – en nuestra sociedad. Reflexionó sobre el fenómeno de la movilidad y los esfuerzos (equilibrios) pastorales en una sociedad también multicultural. La vida actual también condiciona el ritmo semanal y el tiempo libre, que puede ser un tiempo vacío o un tiempo pleno. Indicó también que el patrimonio cultural religioso —mucha gente va a visitar monumentos en sus días festivos— podría ser una buena herramienta de evangelización. Se debería estudiar cómo hacer una catequesis en base a los templos.

En una segunda fase, Mons. Taltavull planteó el tema «Eucaristía, asamblea y domingo» haciéndose preguntas como «¿Cómo vivimos el fin de semana y en él el domingo? Como vivimos y celebramos el Día del Señor? ¿Qué evolución hemos vivido en cuanto a vivencia y participación? ¿En qué estado de ánimo a celebrar la Eucaristía dominical?

Después, el obispo Sebastián habló sobre unos textos de referencia, muy útiles para entender el domingo, como los puntos número 102 y 106 de la Constitución sobre la Liturgia del Concilio Vaticano II, la carta apostólica Dies Domini, del papa Juan Pablo II, los puntos 1.166 y 1.667 del Catecismo de la Iglesia católica, y el número 241 del Compendio del Catecismo.

Uno de los textos presentados —la carta apostólica Dies Domini, del papa Juan Pablo II, escrita en 1998—, podría ser la base para profundizar en el Día del Señor, planteando diversas consideraciones acerca del domingo como Día del Señor, para celebrar la obra del Creador; como Día del Cristo, entendido como día del Señor resucitado y el don del Espíritu; como Día de la Iglesia, considerando la asamblea eucarística corazón del domingo; como Día del hombre, es decir día de alegría, de reposo y de solidaridad, y como día Día de los días, porque el domingo es la fiesta primordial, reveladora del sentido del tiempo.

Finalmente, habló sobre el Día del Señor con una buena denominación y control de calidad, eludir aquello tan corriente de «No tengo tiempo» o de «Estoy demasiado ocupado». Cerró su intervención glosando textos del papa Benedicto XVI, y para concluir que «participar en la asamblea litúrgica dominical, juntamente con todos los hermanos y hermanas con los que se forma un solo cuerpo en Jesucristo, es algo que la conciencia reclama y que a la vez la forma. Perder el sentido del domingo, como Día del Señor para santificar, es síntoma de una pérdida del sentido auténtico de la libertad cristiana, la libertad de los hijos de Dios».

La tercera ponencia de la sesión matinal fue «La celebración de la Eucaristía, modelo de integración entre Palabra y Sacramentos, según el Directorio de Misas con niños», desarrollado por Mn. Enric Termes, delegado de Catequesis de Barcelona. La suya fue una intervención muy vivida, llena de experiencias y rebosante de anécdotas. Se podría resumir su ponencia con aquel dicho popular «¿Qué hacen los niños? Lo que ven hacer a los mayores! «. Muy a menudo la conducta de los niños está condicionada por el ejemplo de las personas mayores; poco vigor en las respuestas, despiste, acciones mecánicas. Como antes Mons. Taltavaull, Mn. Termes reivindicó el sentido festivo de la Eucaristía. Celebrar el Día del Señor quiere decir celebrar su Resurrección, un evento gozoso que nos llena de esperanza y da sentidos a nuestra vida ya nuestra fe. Entonces, ¿a qué vienen las caras largas?

La sesión matinal se cerró con la realización de la casi preceptiva foto de grupo en torno a la piscina, seguida por infinidad de fotos de grupos menores.

La sesión de la tarde comenzó con Mn. Joan M. Amigo, miembro del SIC y coordinador de los materiales didácticos del nuevo catecismo Jesús el Señor, expuso su ponencia «Caminar a paso del Año Litúrgico, siguiendo las guías didácticas del catecismo Jesús es el Señor, elaboradas por el SIC». En su disertación recordó que «en la situación actual son muchos los niños que desconocen los símbolos y los elementos más básicos de las celebraciones cristianas. Muy a menudo, esta apreciación es extensiva a los padres «.

Mn. Amich remarcó que «desde el primer día hay que ir comunicando la idea de que la catequesis no se reduce a la participación en la sesión semanal con el grupo y los catequistas, sino que se extiende a la celebración de la misa dominical con la comunidad» . El ponente siguió explicando que «el itinerario catequético que propone el SIC está estructurado siguiendo el ritmo del año litúrgico. Los temas escogidos responden, entre otros elementos, a esta dinámica. Los colores de cada bloque y de cada página se corresponden con el color litúrgico que los niños verán en la misa del domingo «. Terminó diciendo que «en las circunstancias presentes de nuestras parroquias, vienen a menudo a la catequesis —pensada para quienes fueron bautizados de niños y se están preparando para la Eucaristía—chicos y chicas hijos de padres bautizados, que no pidieron el Bautismo a su tiempo para los hijos. La petición del Bautismo pide un camino, un proceso, una progressión, unas etapas. Es necesario que cada etapa se corresponda al crecimiento en la fe de los niños «, indicando que en la Guía» se proponen estas celebraciones catecumenal, aunque originalmente son pensadas para los niños no bautizados (catecúmenos), ha parecido que algunos de sus elementos pueden ser adecuados también para los niños ya bautizados. Son celebraciones que hacer en la misa de niños o misa familiar que se celebra en la parroquia, con la participación de toda la comunidad, los niños de la catequesis y de sus padres y madres, a los que será importante invitar explícitamente «.

Después de unos minutos de descanso, los participantes en las IV Jornadas se reunieron por diócesis (al final resultaron trece grupos) y exponer y debatir sus experiencias catequéticas. Después, un portavoz de cada grupo presentó a la asamblea las conclusiones a que había llegado el grupo respectivo.

Al atardecer, los catequistas se trasladaron a la parroquia de Malgrat de Mar, donde participaron en la celebración de la Eucaristía dominical. Previamente, se reunieron en la playa de Santa Susanna donde, mediante unas pequeñas linternas dibujaron una gran cruz en la oscuridad de la noche. A continuación, divididos en treinta grupos marcharon hacia la parroquia, deteniéndose de vez en cuando para leer la perícopa de San Lucas referida a los discípulos de Emaús y para responder y poner en común las diez preguntas que figuraban en el librito de ruta que se repartió entre los participantes en las Jornadas.

Una vez llegados a la iglesia, Mons. Salinas presidió la eucaristía, concelebrada por los numerosos sacerdotes asistentes entre los que figuraba Mn. Jordi Figueras, vicario episcopal de Tarragona. En su homilía, el obispo Xavier glosó la importancia de la labor de los catequistas, a quienes —en el momento de la comunión— les fue entregada una cruz de madera de olivo de Jerusalén, como señal de marca de los cristianos. El rito de bendición de la cruz fue emotivo y simpático a la vez.

Tras la misa, el Coro Joven Contrapunto, de Malgrat de Mar, ofreció un pequeño concierto de obras del repertorio mundial y de canciones populares catalanas y de las Islas, que fue largamente aplaudido.

Tercera sesión

El domingo 14 de noviembre comenzó con el rezo de Laudes y la oración, preparada por Mn. Salvador Gras, delegado de Catequesis del Obispado de Girona, acompañado por Mn. Antonio Elvira .

Mn. Xavier Morell, delegado de Catequesis del Arzobispado de Tarragona, presentó su ponencia «El catequista inicia a celebrar», basándose en el versícilo «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11,1). Mn. Morell inició su intervención indicando que la catequesis inicia en todas las dimensiones de la vida cristiana, explicando como lo exponen los puntos 85 y 86 del Directorio General para la Catequesis. A continuación, presentó la figura del catequista como persona que ora y celebra con la Iglesia. En relación a la oración habló de que había unas condiciones previas: escuchar, descubrir el valor del silencio, encontrar a alguien que ora y celebra, nutrir la oración con la vida y la vida con la oración. Y estableció un programa de cuatro pasos: orar y celebrar, orar y celebrar ante los chicos/as; rezar y celebrar con los chicos/as, y enseñar a rezar y a celebrar los chicos/as.

También habló del catequista como aquella persona que acompaña a una evolución. Una evolución que ofrece muchas facetas: desde una oración en simbiosis, hacia una oración autónoma; desde una oración manipuladora y utilitarista, hacia una oración gratuita desde una oración antropomórfica, hacia una oración personal; desde una oración animista, hacia una oración cristiana; desde una oración ritualista, hacia una oración auténtica, y, finalmente, desde una oración centrada en sí misma, hacia una oración centrada en Dios. En este campo el catequista puede ofrecer la estructura y la dirección, pero en el encuentro del catequitzando con Dios no puede interferir.

Cerró su intervención dando pistas a los catequistas para ofrecer a los chicos / as lo que prepara y sostiene la oración y la celebración y ponerlos en contacto con las expresiones de la oración y la liturgia de la Iglesia.

La sesión, tras un breve descanso, siguió con diferentes experiencias vividas y bien preparadas sobre la Misa de niños. Cómo preparar (dar vida) propuestas en las Guías del catecismo Jesús es el Señor. Expusieron sus experiencias grupos de catequesis pertenecientes a los Obispados de Solsona, Vic, Tortosa y Mallorca.

Tras una breve pausa, hubo una emotiva celebración de la Palabra, conducida por Mn. Salvador Gras, con unas sentidas oraciones preparadas por las diócesis de Solsona, Gerona, Menorca y Tarragona. El «canto de los adioses» puso punto y final a los tres días de convivencia.

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