Indispensables para la Iglesia
El Cardenal Sistach ofició, en la Sagrada Familia, la misa dedicada a todos los col • dores del fondo común diocesano y les agradeció de todo corazón la generosidad de sus aportaciones

Sin las aportaciones de los fieles sería muy complicado sostener las infraestructuras de la Iglesia. Para agradecer la generosidad de todos aquellos que hacen aportaciones económicas al fondo común diocesano y el esfuerzo de los trabajadores de la economía diocesana y parroquial, el Cardenal Sistach presidió una eucaristía en la Basílica de la Sagrada Familia dedicada a ellos. Con Mn. Antoni Matabosch -delegado de economía- y Mn. Ramon Batlle como concelebrantes, se recordó que el Arzobispado de Barcelona trabaja activamente para cubrir las necesidades económicas que tiene como iglesia diocesana en la celebración de la Eucaristía y otros sacramentos, en la tarea de formación y evangelización y en la solidaridad con los más pobres.
Gracias, gracias, gracias
En su homilía, el Arzobispo de Barcelona agradeció de todo corazón la ayuda económica de todos aquellos que contribuyen al fondo común diocesano: «Su colaboración es indispensable para que la Iglesia pueda realizar su misión en casa nuestra (…) Su ayuda económica es una expresión de sentirse Iglesia y responsables de su mantenimiento y es siempre una expresión de su amor a la Iglesia». También dedicó buena parte de su homilía en la parábola del sembrador de la que hablaba el Evangelio del día y de la que se desprende una lección moral: «Esta parábola pone de relieve el valor de las cosas pequeñas. El Señor escoge a personas sencillas y pequeñas para realizar obras grandes para que quede claro que es su fuerza y ​​no la nuestra la que realiza maravillas».
Dos nuevas iglesias
La colecta de esta ceremonia fue destinada íntegramente a la construcción de dos nuevos templos que sustituirán a los que ahora existen: San Rafael, en Nou Barris, y Nuestra Señora del Carmen, en Sant Joan Despí.