Hacia un mundo más ecológico

El Cardenal Sistach analizar y debatir la encíclica 'Laudato Si' en el Ateneu Barcelonès, donde admitió que espera que la Cumbre del Clima de París supere "los intereses nacionales"

La encíclica Laudato Si’ ha tenido una gran repercusión en el mundo científico y académico. Hasta el Ateneu Barcelonès ha llegado el debate que está suscitando este documento del Papa Francisco, y quien mejor para explicarla y debatirla, que un gran conocedor de la misma: el Cardenal Sistach. Después de firmar el libro de honor de la entidad, el Administrador Apostólico de Barcelona fue presentado ante los asistentes por el periodista y ecologista Santiago Vilanova, responsable de la sección Ecología y Recursos Naturales de la Comisión de Cultura del Ateneu Barcelonès.

En su análisis, el Cardenal Sistach recordó que Laudato Si’ «se centra en recordar la gran responsabilidad del ser humano en cuanto a la creación, de la que no debe ir para explotarla como quiera, sino que se ha de sentir administrador ante la generación actual y también las futuras». Ante este reto de la degradación global del entorno natural, hizo un llamamiento a la implicación por parte de todos, ya que esta encíclica «va mucho más allá de las encíclicas habituales en cuanto a los destinatarios: no es una carta sólo a católicos ni sólo a los cristianos o a las personas religiosas; es una carta en todo el mundo, a todos los que quieran escuchar su mensaje».

Actitud de cambio

A partir de su experiencia personal cuando era pequeño en una casa del Guinardó, el hasta ahora arzobispo de Barcelona admitió que se trata de cambiar no sólo la mirada sino el estilo de vida y lo ejemplificó con acciones del día a día como lavarse los dientes. Sin embargo, también apeló a una formación en este sentido y a otro factor que influye, el ser creyente: «La indiferencia religiosa y el alejamiento de Dios también tienen mucho que ver con el abuso de la naturaleza y con su utilización egoísta».

Aunque parezca que esta crisis medioambiental esté separada de la crisis social representada por la globalización, el Cardenal Sistach matiza que «entorno natural y entorno humano se degradan juntos». Y de ahí surgen las preguntas que ligan ecología y antropología: ¿qué queremos ser en el futuro? ¿Qué mundo queremos dejar a las generaciones futuras?.

La clave: la conciencia moral

Como el Papa Francisco, el Administrador apostólico confía en la conciencia moral de la sociedad y, sobre todo, apuesta por el diálogo: «Los problemas medioambientales y sociales son de tanta complejidad que ninguna disciplina científica, ni ninguna forma de sabiduría -incluyendo la sabiduría religiosa- pueden ser despreciadas a la hora de aportar respuestas sostenibles». Por ejemplo Gaudí, a pesar de ser arquitecto, era un gran ecologista. Prueba de ello es la gran variedad de flora y fauna que contiene la Sagrada Familia.

En todo caso, el problema ha sido que «los avances de la ciencia y de la técnica no se han visto acompañados por un progreso equivalente a nivel ético y cultural». Ahora, toda la humanidad tiene que ir a la búsqueda de una ecología integral. Y esto empieza con la cumbre del Clima de París.

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