¡Gracias, Cardenal Sistach!
Analizamos los 11 años de pontificado del hasta ahora Arzobispo de Barcelona al frente de la archidiócesis. ¿Qué ha cambiado? ¿Qué ha aportado el Cardenal barcelonés?

Avalado por ser obispo de Tortosa, arzobispo de Tarragona y presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense, el Dr. Lluís Martínez Sistach fue nombrado arzobispo metropolitano de Barcelona el 15 de junio de 2004, a la edad de 67 años. Exactamente 11 años, 4 meses y 22 días después, el Cardenal M. Sistach deja el cargo de Arzobispo de Barcelona habiendo prolongado su pontificado más de 3 años y medio desde que presentó la renuncia al Santo Padre. En todo este período al frente de la archidiócesis de Barcelona ha demostrado su interés por la evangelización de la sociedad, la ayuda a los más necesitados, la promoción de Antoni Gaudí, la pastoral de las grandes ciudades y la ampliación de las facultades teológicas.
Buen entendimiento con el Vaticano
Antes de analizar su paso por la diócesis, cabe mencionar que el Cardenal M. Sistach participó en el cónclave que eligió al Papa Francisco como Pontífice. A partir de este momento y hasta día de hoy, el Dr. Lluís Martínez Sistach se ha encontrado con el Papa en numerosas ocasiones, siendo uno de los cardenales que más audiencias privadas ha tenido con Francisco. Además, el hasta ahora Arzobispo de Barcelona participó en las dos convocatorias del Sínodo de Obispos sobre la Familia por nombramiento directo del Santo Padre. Estos datos evidencian la buena relación y los puentes de diálogo que se han ido creando, desde los inicios de su pontificado, con la Santa Sede.
En su relación pública con el Vaticano, ha puesto a Barcelona en el centro de la mirada de muchos obispos y arzobispos: desde importantes personalidades de la curia como el antiguo secretario de Estado, Mons. Tarcisio Bertone, hasta los prefectos de numerosos dicasterios como el cardenal Ravassi o el arzobispo Celli.
Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades
El Cardenal M. Sistach también ha postulado Barcelona como la capital de la pastoral de las grandes ciudades gracias al Congreso dedicado a esta temática, dividido en dos fases. La primera, en mayo de 2014, con intervenciones de expertos, y la segunda fase, en noviembre de 2014, con la participación de 25 obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo.
Las conclusiones de este Congreso fueron presentadas al Papa Francisco, quien agradeció que se tratara un tema que tanto interés le suscitaba y confesó que leería el documento final con mucho detenimiento. Para continuar trabajando en esta temática, el Cardenal M. Sistach anunció la creación de la Fundación Antoni Gaudí para las Grandes Ciudades, una entidad que fomentará el debate sobre las grandes urbes del mundo en el aspecto religioso pero también en el social, económico, demográfico o cultural. El Arzobispo emérito de Barcelona ya admitió que cuando aceptaran su renuncia al cargo, seguiría trabajando en la pastoral de las grandes ciudades gracias a la Fundación Antoni Gaudí.
Promoción de Gaudí
La Sagrada Familia impresionó a los 25 obispos que participaron en el Congreso Internacional de las Grandes Ciudades. Y es que la Basílica es un símbolo cultural y religioso de Barcelona conocido en todo el mundo. La potenciación de la imagen del Templo expiatorio y las celebraciones eucarísticas en la nave central promovidas por el Cardenal M. Sistach han impulsado la afluencia de fieles y turistas interesados ​​por la arquitectura gaudiniana.
El punto álgido de la apertura de la Sagrada Familia en el mundo fue cuando el Papa Benedicto XVI, invitado por el Arzobispo de Barcelona, ​​visitó la ciudad condal y dedicó la Basílica. Justamente este año 2015 se ha celebrado el quinto aniversario de la consagración, que tuvo lugar el 6 y 7 de noviembre de 2010, una fecha histórica para Barcelona.
Pero no sólo el Cardenal M. Sistach ha querido promocionar la obra de Gaudí, también ha impulsado el conocimiento de Antoni Gaudí, su condición de cristiano auténtico y su aportación al cristianismo. Prueba de ello es la creación de la nueva facultad Antoni Gaudí de Historia de la Iglesia, Arqueología y Artes Cristianas, dedicada a la parte más humanista de la teología.
Difusión del conocimiento teológico
Con la creación de esta nueva facultad eclesiástica, Barcelona disponía de tres facultades dedicadas a las grandes columnas del discurso teológico: la teología, el humanismo y la filosofía. Así surgió el Ateneo San Paciano, el primer Ateneo constituido en Cataluña, una institución que reúne la Facultad de Teología, la Facultad Antoni Gaudí y la Facultad de Filosofía. El Cardenal M. Sistach fue el primer canciller del nuevo Ateneo universitario, que tomó el nombre del obispo de Barcelona que, en el siglo IV, escribía tratados teológicos importantes. El Arzobispo emérito de Barcelona adoptó el lema del Santo como leit motiv de la propagación del conocimiento teológico: «No hay lengua que Dios no inspire».
Evangelización de la sociedad
Una de las máximas del Cardenal M. Sistach es hacer llegar la Palabra de Dios a la sociedad secularizada. Esto se pone de manifiesto con los objetivos de los planes pastorales, con sus diez cartas pastorales, pero también con la Misión Metrópoli, una iniciativa conjunta de once capitales europeas que tuvo lugar durante la Cuaresma de 2012 y que pretendía situar a toda la comunidad cristiana en estado de evangelización. O también el Atrio de los Gentiles, un evento cultural que propuso un diálogo activo entre fe y cultura. Incluso, no se puede olvidar la Escuela Diocesana de Evangelización, que ensaya nuevos formatos pastorales entre los laicos para anunciar el Evangelio.
Sin embargo, en el último Plan Pastoral -que plantea las líneas de actuación de los próximos años- el cardenal barcelonés incluyó la misericordia como un valor fundamental en la evangelización: la acogida empapada de la misericordia, la participación de la mirada misericordiosa del Buen Pastor y la atención material y espiritual a los pobres.
Ayuda a los más necesitados
Es uno de los objetivos del nuevo Plan pastoral aunque, ya desde el inicio de su pontificado, los pobres han sido el centro del discurso del hasta ahora Arzobispo de Barcelona. Desde que comenzó la crisis, el Cardenal M. Sistach ha pedido un pacto de Estado entre sindicatos, patronales, partidos políticos y gobierno para luchar contra la pobreza y la falta de trabajo. Pero no sólo ha insistido en este debate sino que la efectiva gestión de Cáritas -que ha atendido a casi 180.000 personas en el año 2014 y ha dado acogida y acompañamiento a refugiados sirios- y el interés por la creación de programas de acción social y de inserción laboral marcan la importancia que el Cardenal M. Sistach da a la solidaridad con las personas afectadas por la crisis.