Francisco: «El vino es necesario para la fiesta»

Durante la Audiencia General recordó el relato de las bodas de Caná como "un acto de misericordia con el que Jesús nos ha unido a Él"

Fiel a su idea de que «la misericordia es una fiesta», el Papa Francisco se centró en el relato de «las bodas de Caná» para la catequesis de la Audiencia General del segundo miércoles del mes de junio. «Este primer signo o señal no se hizo para maravillar a la gente sino para revelar el amor del Padre, tratando de abrir el corazón de los discípulos e iluminando el misterio de Cristo», recordó Bergoglio. Además, afirmó que «el esperado Esposo da inicio a las bodas que se cumplen en el Misterio pascual».

Sin vino no hay fiesta

«El vino expresa la abundancia del banquete y la alegría de la fiesta», así de claro se mostró el obispo de Roma para referirse a la importancia de tener vino suficiente para continuar con la boda. Siguió explicando la vergüenza que habrían pasado los novios si de repente se quedan sin «lo que los profetas indicaban como un elemento típico del banquete mesiánico». Transformando el agua en vino, «Jesús realizó una señal elocuente: transforma la ley de Moisés en Evangelio, portador de alegría».

Haced lo que Él os diga

María, con las últimas palabras suyas registradas en los Evangelios, deja la herencia para todo cristiano: hacer todo lo que Jesús diga. Los servidores son los primeros que obedecen, «escuchando y poniendo en práctica su Palabra», y el Papa añadió: «para cada uno de nosotros, sacar de las picas equivale a confiar en la Palabra de Dios para experimentar su eficacia en la vida ya que el Señor continúa reservando aquel buen vino para nuestra salvación». Para finalizar, el Papa recordó que «en Caná los discípulos de Jesús se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia».

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