Francisco: «El catequista custodia y alimenta la memoria de Dios»
El Papa marca pautas a los catequistas que peregrinan a Roma y recuerda que ser catequista es una vocación y no un trabajo Los catequistas que peregrinaron a Roma este fin de semana tuvieron la oportunidad de escuchar al Papa en dos ocasiones: en el Aula Pablo VI, en el marco del Congreso Internacional sobre [...]

El Papa marca pautas a los catequistas que peregrinan a Roma y recuerda que ser catequista es una vocación y no un trabajo
Los catequistas que peregrinaron a Roma este fin de semana tuvieron la oportunidad de escuchar al Papa en dos ocasiones: en el Aula Pablo VI, en el marco del Congreso Internacional sobre la Catequesis y bajo el título de ‘El catequista, testimonio de la fe‘, y en la homilía de la misa dominical celebrada en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Su mensaje fue muy claro en ambas: el catequista debe salir a las periferias a llevar el testimonio de Jesús.
‘El catequista, testigo de la fe’
El pasado viernes, en el Aula Pablo VI, el Papa se dirigió a una audiencia exigente pero con ganas de aprender: los catequistas que peregrinaban en el Congreso Internacional sobre la Catequesis. En tres puntos muy bien definidos, les expresó como debe ser un catequista: «Catequista es una vocación: ‘ser catequista’, esta es la vocación; no trabajar como catequista» . Y les recordó que «la primera cosa, para un discípulo, es estar con el Maestro, escucharlo, aprender de Él».
En segundo lugar, les destacó que la función de los catequistas es la de predicar a Jesús: «El corazón del catequista vive siempre este movimiento de sístole-diástole: Unión con Jesús – encuentro con el otro. Son las dos cosas: yo me uno a Jesús y salgo al encuentro con los demás. Si falta uno de estos movimientos el corazón no late más, no puede vivir». Por último, les aconsejó que fueran a las periferias y no fueran rígidos: «Dios no tiene miedo de las periferias. Por eso, si ustedes van allí, lo encontrarán. (…) Quiero un catequista que tenga el valor de arriesgar para salir y no un catequista que lo sabe todo, pero cerrado siempre y enfermo. (…) Pero por favor, no se entiende un catequista que no sea creativo. Y la creatividad es como la columna del ser catequista».
Homilía en San Pedro
El Papa Francisco celebró la eucaristía el domingo en la Plaza de San Pedro con los catequistas que peregrinaron para el Congreso Internacional. Tal como había hecho dos días antes, el Pontífice añadió nuevos detalles en la definición de catequista en su homilía: «¿Quién es catequista? Es el que custodia y alimenta la memoria de Dios, la custodia en sí mismo y sabe despertarla en los demás (…) El catequista es precisamente un cristiano que pone esta memoria al servicio del anuncio, no para exhibirse, no para hablar de sí mismo, sino para hablar de Dios, de su amor y su fidelidad. Hablar y transmitir todo lo que Dios ha revelado. La doctrina en su totalidad. Sin quitar ni añadir».
Y destacó, de nuevo, la importancia de Dios en la figura del catequista: «Si falta la memoria de Dios, todo queda comprimido en el yo, en mi bienestar. La vida, el mundo, los otros, pierden consistencia, ya no explican nada, todo se reduce a una sola dimensión: el tener. Si perdemos la memoria de Dios, también nosotros perdemos la consistencia, también nosotros nos vaciamos, perdemos nuestro rostro como el rico del Evangelio».