Fe para superar el sufrimiento

El grupo de voluntarios de la Fundación Migra Studium organizó una vigilia de oración frente al Centro de Internamiento de Extranjeros de Barcelona para dar un mensaje de "sensibilidad, solidaridad y hospitalidad ante el que sufre"

Era la noche anterior a la Jornada Mundial de las Migraciones, que se convoca con el objetivo de caminar juntos en la diversidad. En este mismo contexto, se enmarcaba también la vigilia de oración que organizaron los voluntarios del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), un lugar donde residen «carentes de libertades» los inmigrantes que, en un período máximo de 60 días, son expulsados del país por infringir una norma de la Ley de Extranjería.

Trasladando la oración de las iglesias a la periferia como pide el Francisco, concretamente a la Zona Franca, la vigilia se inició con una pequeña explicación de qué es el CIE y por qué se hacía la oración esa noche. Todo, en definitiva, para dar a conocer las vivencias de los internos en este centro de internamiento, haciendo patentes las «situaciones de injusticia y dolor que sufren todos los refugiados e inmigrantes» -explica Margarita García O’Meany, coordinadora del grupo de voluntarios que asisten al CIE- ya que para todos ellos «la fe y la oración son el soporte vital en una situación tan dura de cierre».

La labor de los voluntarios

La vigilia continuó con la lectura del testimonio de ocho internos. Cada historia se caracterizaba por estar enlazada con un sentimiento: lágrimas, angustia, soledad, ruptura… Los voluntarios leían las historias en un absoluto silencio, sólo interrumpido por el paso de coches y camiones.

Estos mismos voluntarios -cobijados por la Fundación Migra Studium– son los que habitualmente realizan visitas constantes y periódicas en el CIE con el objetivo de acompañar a las personas que pasan por aquellas instalaciones, escuchándolas y facilitándoles la orientación jurídica necesaria. En caso de que sean expulsadas del país, las ayudan en la ruptura de la vida que llevaban y, antes de que se vayan, los ponen en contacto con personas que les den paz y que les ofrezcan reconciliación y acogida.

Una luz en la oscuridad

Los cantos y la lectura de textos bíblicos completaron una velada de reflexión que finalizó con la encendida de velas como símbolo de apoyo a las personas internas en el CIE de Barcelona. Sin embargo, este centro no es el único de Europa: hay más de 400 centros de internamiento aunque, según los organizadores de la vigilia, sólo en Barcelona existe un grupo de voluntarios que velen por sus refugiados. El mensaje eclesiástico que pretenden dar es de «sensibilidad, solidaridad y hospitalidad ante aquel que sufre y que desconoce su sufrimiento».

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