Fe para superar el camino
Las laudes, la misa y la adoración eucarística han sido los ingredientes indispensables para superar una nueva jornada en la que los peregrines han recorrido de nueva casi 20 km hasta llegar a Pontevedra

«Sin fe es imposible agradar a Dios». Esto dice el libro de los Hebreos y esta es la conclusión a la que han podido llegar los jóvenes peregrinos después de una agotadora jornada. Laudes por la mañana, a las 7h; misa después de una larga caminata, a las 19h y, adoración nocturna después de cenar: tres momentos para estar con Dios que han marcado y reforzado las fuerzas y los ánimos de los peregrinos en este extenuante martes.
Pontevedra, ciudad esperada
Como cada mañana, los jóvenes se han levantado a las 6 de la mañana para recogerlo todo y prepararse para una nueva etapa del Camino de Santiago: de Redondela a Pontevedra. Media hora más tarde ya desayunaban y, a continuación, rezaban laudes. Antes de empezar a caminar, se ha introducido una nueva actividad: unos calentamientos previos para activar los músculos de las piernas.
Desde el pabellón polideportivo donde estaban alojados en Redondela hasta Pontevedra, los peregrinos han podido disfrutar de cautivadores e imponentes paisajes, compuestos por bosques y ríos, de los que han quedado maravillados. En total, cuatro horas y media para recorrer exactamente 19,3 km en los que se han subido dos montañas de más de 200 metros de actitudes.
El servicio en la Iglesia
Después de comer, los jóvenes han tenido dos horas de tiempo libre. Los incansables han jugado a fútbol o baloncesto en la pista del colegio donde se alojan en la capital de provincia, mientras que aquellos que estaban más agotados han aprovechado para hacer una siesta o relajarse hablando con los compañeros.
La actividad de la tarde ha sido, de nuevo, una catequesis dirigida por dos de los monitores, que trataba sobre el servicio a la Iglesia. Antes, los jóvenes han calentado motores con el tradicional juego del pañuelo. Mediante una obra teatral, se ha representado la escena de Jesús con la suegra de Pedro y, posteriormente, en grupos, los participantes han podido analizar la importancia de servir a aquellos que más lo necesitan.
Emotivo final de día
Con una caminata extra, los peregrinos han podido visitar el centro de Pontevedra, donde se encuentra la Basílica de Santa María la Mayor. Allí han celebrado la eucaristía, presidida por Mn. Salvador Roura, párroco de La Salut de Badalona, y concelebrada por Mn. Bruno Bérchez y el Padre Anthony, de la comunidad filipina en Barcelona.
Después de cenar, los jóvenes han participado en una adoración eucarística muy emotiva en la que han escrito, en un papel que han entregado ante el Santísimo, lo que querían pedir a Dios. Lágrimas, abrazos y reflexiones personales han sido los puntos principales de la celebración, que han llevado la paz interior después de dos intensas jornadas de camino.