Entrevista a Francisco Sandoval: “Romero es un ejemplo magnífico para recordarlo”

El cónsul de El Salvador en Barcelona, Francisco Sandoval habla sobre el Beato Óscar Romero, beatificado en El Salvador el 23 de mayo

Monseñor Óscar Romero, beatificado en El Salvador el 23 de mayo ante miles de fieles salvadoreños y más de un centenar de obispos de todo el mundo, fue para Francisco Sandoval un ejemplo de valentía y de lucha contra las injusticias a través de la palabra. Francisco Sandoval es ahora el cónsul de El Salvador en Barcelona, pero cuando conoció a Mons. Óscar Romero era Director de Guardias Nacionales.

El dolor del pueblo salvadoreño

El tiempo en que se conocen Monseñor Óscar Romero y Francisco Sandoval, en El Salvador, se estaban viviendo momentos muy violentos donde tanto los militares como la guerrilla sumaban muertes de ambos bandos cada día. Mons. Romero después de haber sido nombrado obispo de El Salvador por su aparente pensamiento conservador, experimentó una conversión al conocer el asesinato de su amigo jesuita Rutilio Grande, quien con un pensamiento motivado por la Teología de la Liberación vivía entre los más pobres defendiendo sus derechos.

“Tuvo una transformación increíble, enfrentando que mataran, torturaran a la gente, capturaran y los desaparecieran. Ese proceso fue el que podemos decir de transformación o conversión. Fue seguro un punto de inflexión”. El pueblo salvadoreño estaban sufriendo unas injusticias que hasta entonces Romero no veía en su complejidad, pero la muerte de Rutilio le sacó del palacio episcopal y le puso en la calle entre su pueblo.

Francisco Sandoval en cambio era militar, pero como cristiano encontraba contradicciones en sus acciones y quiso hablar con Romero para discernir la posición que él tenía y la que ayudase mejor a la justicia de su pueblo.

Militar, guerrillero y cónsul

Francisco Sandoval reconoce que estuvo presente en la reunión en la que se decidió asesinar a Romero por parte de los militares porque era peligroso para la continuidad del régimen. Ese fue el momento en el que comprendió que su lugar en el mundo no podría seguir siendo como militar, y se cambió de bando a la guerrilla. Hoy es el cónsul en Barcelona de El Salvador. Él también vivió la conversión gracias a la valentía que Mons. Romero inspiró con la fuerza de sus palabras encarnadas en la realidad salvadoreña.

Beatificación

La beatificación de Romero ha venido después de muchos años en los que el pueblo de El Salvador ya lo reconocieran como San Romero de América. Muchos de los enemigos que Romero tuvo en vida han paralizado durante años el proceso para que pudiera subir a los altares, pero la llegada del cardenal Bergoglio a la cátedra de San Pedro ha acelerado el proceso por el cual podemos, a día de hoy, reconocer oficialmente que Mons. Óscar Romero es un ejemplo intercesor de la Iglesia católica.

“Lo que el pueblo salvadoreño y los pueblos de américa latina, lo habían llamado San romero de América, ahora será el mismo, pero a nivel oficial y a nivel mundial. Es un ejemplo magnífico para recordarlo y a nivel espiritual, para mi representa un símbolo que me da mucha fuerza”.

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