En memoria de Mons. Francesc Muñoz Alarcón

El jueves 24 de octubre de 2013, a las 19.15h, mientras unos compañeros rezaban las Vísperas en voz alta, como lo hacían habitualmente en su habitación , se durmió en la paz del Señor Mons. Francesc Muñoz Alarcón , a los 95 años de edad y 70 años de ministerio sacerdotal . Con su muerte, [...]

El jueves 24 de octubre de 2013, a las 19.15h, mientras unos compañeros rezaban las Vísperas en voz alta, como lo hacían habitualmente en su habitación , se durmió en la paz del Señor Mons. Francesc Muñoz Alarcón , a los 95 años de edad y 70 años de ministerio sacerdotal . Con su muerte, desaparecía uno de los sacerdotes que han vivido una muy larga e intensa etapa de la historia de nuestra Archidiócesis .

Nació en Barcelona el 7 de julio de 1918. Hizo todos los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Barcelona con las máximas calificaciones, y fue ordenado sacerdote el 20 de marzo de 1943. En 1955 obtuvo la licenciatura en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Comillas . El mismo año 1943, Mn.Vicente Lores , rector del Seminario Conciliar, lo propuso al Dr. Modrego, recién nombrado obispo de Barcelona, como secretario y familiar. Fue éste el servicio que condicionó toda la vida de Mons. Francesc Muñoz, el cual junto con Mn. Josep Comas Gros, estuvieron junto al Dr.Modrego hasta su muerte.

Otros cargos que compaginó con el de secretario particular del Dr. Modrego, fueron estos: Prior de la casa de Niños Huérfanos de la calle Montalegre (1945), consiliario de la Agrupación Nuestra Señora de Montalegre (1952), consiliario diocesano de las Jóvenes de Acción Católica (1955), beneficiado del Colegio de San Severo (1952), Juez pro-sinodal (1957), administrador del antiguo Hospital de San Severo (1958), secretario de la Comisión encargada de preparar el Sínodo diocesano (1960), profesor de Derecho Público Eclesiástico en el Seminario (1955), profesor de Teología Moral en el mismo Seminario (1963), consiliario de la Adoración Nocturna del Santísimo Sacramento (1965), delegado del Arzobispado en el Congreso Eucarístico Nacional de Sevilla (1967), vicario episcopal para las Órdenes, congregaciones religiosas e Institutos Seculares (1967), cargo que ejerció muchos años y le fue renovado varias veces. Lo mismo le sucedió en el cargo de presidente delegado episcopal a la Obra Benéfico-Social del Niño Dios ( desde 1971). También fue un gran colaborador de Mons. Gregorio Modrego en la organización del Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en Barcelona en 1952. En 1986 fue nombrado decano del capítulo de la catedral, de la que era canónigo desde el año 1965. El 31 de julio de 1993 fue aceptada su petición de jubilación y el 23 de agosto del mismo año fue nombrado Prelado de Honor de Su Santidad el Papa que le otorgaba el título de Monseñor.

Los últimos años de su vida terrena los pasó en la Residencia Sacerdotal de San José Oriol, donde era muy querido por sus hermanos sacerdotes , a los que quería con un afecto fraternal. En la capilla de esta Residencia el viernes 25 de octubre, a las 11:00h, se celebró una misa concelebrada por los sacerdotes de la casa. La presidió Mons. Pere Tena , obispo auxiliar emérito, el cual recordó que, durante los años 40 del siglo pasado , cuando él entró en el Seminario Mayor para realizar los estudios de Filosofía, Francisco Muñoz era uno de los seminaristas que cursaban la Teología y que hacían como de preceptores y hermanos mayores de los que estaban en la sección de los «filósofos» (eran los llamados Ayos).

El sábado 26 de octubre, a las 12:00h, se celebró la misa exequial en la catedral de Barcelona, presidida por el Sr. Cardenal Lluís Martínez Sistach, que concelebró con Mons. Pere Tena, y con 44 sacerdotes, entre los que se encontraban los Vicarios Episcopales, Mn. Jesús Sanz, Mn. Salvador Bacardit y Mn. Segimon Garcia; Mn. Sergi Gordo, Secretario General y Canciller del Arzobispado y los miembros del Capítulo de la catedral, presididos por el Dr. Joan Guiteras. Asistieron al Sr.Cardenal los diáconos Mn.Jordi- Albert Garrofé y Mn. Xavier Rius. Un gran número de fieles, entre los cuales numerosas religiosas, llenaban la catedral. El duelo familiar estaba presidido por sus sobrinos y los hijos de éstos. El Coro Francesc Valls interpretó varias composiciones al ofertorio y a la comunión. Toda la asamblea inició la misa con el canto gregoriano del Requiem aeternam dona eis , Domine, mientras el féretro era introducido en el coro de la catedral.

Se hicieron estas lecturas bíblicas: 2 Co 4,14-5 , salmo 22 ( El Señor es mi pastor ) y Jn 6,51-58. En la homilía, el Dr. Martínez Sistach, dijo que oraban por una «persona muy querida que ha hecho un gran servicio a la diócesis durante 95 años de vida y 70 de ministerio sacerdotal”. Después de explicar el sentido cristiano de la muerte, «nuestra hermana que camina con nosotros y nos abre el paso a la vida eterna en Dios», invitó a los presentes a dar gracias a Dios por la vida de nuestro hermano Francisco. «No se puede hacer un panegírico en estos momentos, pero sí podemos recordar su largo servicio como secretario y familiar del Dr. Gregorio Modrego , como consiliario de los laicos, como consejero de religiosos y religiosas, como presidente de varios patronatos al servicio de los enfermos, los niños y los ancianos, los pobres y los necesitados”. El Dr. Francisco Muñoz ha pasado haciendo el bien como Jesucristo. Él no creaba problemas, sino que intentaba resolverlos y hacía el bien a todos. Como pastor diocesano, me complace agradecerle su servicio y le pido que sea ante Dios el intercesor por las intenciones de la diócesis, sobre todo por el incremento de las vocaciones sacerdotales. Que el Señor, al que tanto ha servido, lo tenga en su gloria y que desde allí interceda por todos nosotros. Amén.»

Al final de la misa, dos personas dieron las gracias. En nombre de los religiosos y religiosas, una hermana de la Congregación de las Carmelitas de la Caridad o Vedrunas, recordó que durante 60 años el Dr. Muñoz había sido su amigo y consejero espiritual, y dijo de él que «ha vivido una vida variada, fecunda, siempre positiva, era firme en sus convicciones, piadoso y bueno; gran protector de obras sociales y servidor de sus hermanos». En nombre de la familia, uno de los sobrinos le recordó como «hombre dedicado a Dios y a los demás, como consejero espiritual de la familia. Los últimos tiempos, cuando lo visitaban, nos decía que ya deseaba ir hacia la vida eterna, para poder ver el misterio de Dios, para reencontrarse con su madre y su padre, y con otros seres queridos». Y acabó diciendo: » Un ser de luz ha vuelto a casa. Ahora es pura luz, puro amor. Gracias, tío Francisco».

Antes de la despedida final, según el rito exequial, el Sr. Cardenal dio las gracias a la familia por el amor que ha tenido al Dr. Muñoz, a las personas que lo visitaban en la Residencia sacerdotal, a las Hermanas Hospitalarias de la Santa Cruz, que tuvieron cuidado de él en la Residencia Sacerdotal, y a todos los presentes.

Mn. Joaquim Vives, compañero suyo en la Residencia Sacerdotal, le quiso dedicar al Dr. Muñoz esta poesía , escrita el mismo día de su fallecimiento :

 

Has brillado limpio y puro como el marfil,

virtuoso, consejero, buen pastor,

y has servido tu obispo Gregorio,

refulgiendo la bondad del Señor.

 

Siempre atento, dispuesto, incansable,

no has tenido nunca un no para nadie,

hasta el fin has entregado entrañable

caro todo el mundo era el Cristo para ti.

 

Sube al cielo y con los santos y la Virgen

bien disfruta de aquel gozo esperado,

que Dios desde siempre prepara,

para quienes han creído y amado.

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