El Picasso de hoy

Entrevista al P. Josep de C. Laplana, director del nuevo Espacio de Arte Sean Scully, adscrito al Museo de Montserrat

Montserrat cuenta con un nuevo espacio de arte de referencia internacional: el Espacio de Arte Sean Scully, adscrito al Museo de Montserrat, que alberga un conjunto artístico realizado por el pintor de origen irlandés Sean Scully en el interior de la iglesia románica de Santa Cecilia de Montserrat. Con la intervención artística de Scully, Santa Cecilia se quiere convertir en una iglesia que acoge el arte de vanguardia de un artista abstracto de primer nivel internacional. El P. Josep de C. Laplana, amigo de Scully, es el director.

¿Qué sentido tiene hoy ofrecer una iglesia a un pintor como Scully?

Pues tiene el mismo sentido que el de algunos católicos franceses después de la Segunda Guerra Mundial, que ofrecieron al arquitecto Le Corbusier -el jefe de brote de la arquitectura de vanguardia- que hiciera la nueva iglesia de Ronchamp, o en el pintor Henri Matisse de decorar íntegramente la Chapelle du Rosario en Vence. ¿Nos imaginamos que los cristianos catalanes del comienzo del s. XX hubieran encomendado a Picasso de decorar toda una iglesia? Pues el pintor irlandés estadounidense Sean Scully, en el campo de la abstracción, es un equivalente a Picasso en nuestro tiempo. Ofreciendo a este pintor nuestra iglesia de Santa Cecilia, no hemos hecho más que realizar lo que los últimos Papas -desde Pablo VI hasta el actual- decían cuando hablaban los artistas contemporáneos. El papa Francisco nos estimula a salir del gueto tradicional, en el que nos sentimos confortablemente instalados, para ir hacia las fronteras, también en el mundo cultural y artístico.

El arte abstracto de Scully, ¿es apropiado para una iglesia?

Soy director de museo desde hace más de 35 años y la dicotomía entre profano (un museo) y sagrado (una capilla) se me queda muy estrecha. Como decía Urs von Balthasar, «los bastiones han caído», las separaciones, las dicotomías, los conceptos herméticamente cerrados se están derritiendo por la energía que brota del misterio cristiano de la Encarnación del Verbo. La gente más consciente de que visita un museo lo hace con un cierto espíritu sagrado de investigación de Belleza, y la gente que entra dentro de una iglesia que tiene verdaderas obras de arte experimenta algo parecido, aunque el arte dentro de una iglesia remite más a Dios, que es la última fuente de donde mana toda belleza. Por este motivo no dudé nada en abrir las puertas de Santa Cecilia a un pintor abstracto como Sean Scully, porque con su abstracción del artista crea el ambiente sosegado, silencioso, profundamente espiritual que favorece el encuentro de la esfera humana y la divina.

La nueva dimensión que toma Santa Cecilia, ¿es un signo de apertura de la comunidad hacia la sensibilidad contemporánea?

A medida que avanzaba el proyecto de Sean Scully en Santa Cecilia, desde el museo nos dábamos cuenta de que nuestra iglesia de Santa Cecilia, que nunca dejará de ser una iglesia, podía convertirse para algunos en una simple atracción turística. Queremos que sea otra cosa. Por un lado, la visita está planteada para favorecer una experiencia espiritual al que entra dentro de la capilla. Pero enseguida vimos que era necesario organizar una serie de actividades culturales dentro de Santa Cecilia en torno al arte y la espiritualidad, con sesiones de meditación silenciosa y acompañada, coloquios y conferencias, recitales de poesía espiritual antigua y contemporánea, audiciones musicales, conciertos de música en vivo. Nuestra intención es crear un espacio de encuentro entre creyentes y no-creyentes interesados ​​en la dimensión espiritual de la persona, un espacio común en el que confluyen sentimiento estético, intuición de lo sagrado, sentimiento religioso, cuando la persona experimenta la sorpresa de ser sobrepasada por algo más grande que ella misma. En términos teológicos diríamos que es una apuesta por la vía pulchritudinis (el camino de la belleza).

El Museo de Montserrat ha creado también un Instituto Arte y Espiritualidad Sean Scully en Santa Cecilia. ¿Qué os proponéis con esta aventura?

No es un apostolado, ni buscamos conversiones. Es un camino que podemos y queremos hacer juntos, personas creyentes y no creyentes con todos los matices posibles, interesadas en la dinámica del arte y la espiritualidad en sentido abierto. Nunca me planteé la intervención artística de Sean Scully en Santa Cecilia de Montserrat ni menos aún la fundación del Instituto Arte y Espiritualidad en términos estratégicos ni de prestigio. El Albergue del Obispado de Vic y los jesuitas de la Cueva de Manresa hacen cosas similares a las que pensamos hacer nosotros, pero dudo que ninguno de ellos haya pretendido hacer otra cosa que responder a una necesidad y a un reclamo de la gente.

La apertura de mente y de corazón, los monjes de Montserrat la llevamos en nuestros genes benedictinos y en nuestra historia arraigada en un pueblo que camina. Creo que la nueva Santa Cecilia no es un meteorito extraplanetario que ha aterrizado inexplicablemente en Montserrat, sino que es algo que surge de las entrañas de nuestra historia y de lo que somos ante el reclamo de la sociedad actual, a la que somos sensibles.

Entrevista realizada por Òscar Bardají para el Full Dominical del domingo 23 de agosto.

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