El Papa Francisco invita a los jóvenes a vivir la revolución de las Bienaventuranzas
El jueves 6 de febrero se hizo público el mensaje que el Papa Francisco ha dirigido a los jóvenes con motivo de LA XXIX JORNADA MUNDIAL DE LA JOVENTUT con el título “Bienaventurados los pobres de espíritu, de ellos es el reino de los cielos”. En el Franci

“En la lógica de este mundo – dice el Papa -, los que Jesús proclama bienaventurados son considerados “perdedores”, débiles. En cambio, son exaltados el éxito cueste lo que cueste, el bienestar, la arrogancia del poder, la afirmación de uno mismo en perjuicio de los otros”.
El Papa, en el Mensaje de la Jornada de la Juventud 2014, pregunta abiertamente a los jóvenes, “Decidme: ¿buscáis de verdad la felicidad? En una época en que tantas apariencias de felicidad nos atraen, corremos el riesgo de contentarnos con poco, de tener una idea de la vida “en pequeño”, i los reta: “aspirada a cosas grandes. Ampliad vuestros corazones!”. El Papa Francisco invita a los jóvenes a rechazar “tantas ofertas de bajo precio” para vivir una vida plena, con sentido, no para ser una juventud “harta pero débil”.
Corremos el riesgo de contentarnos con poco, de tener una idea de la vida “en pequeño”
Y se avanza a las preguntas que lógicamente le formularia cualquier joven que estuviese en frente de el y propone vivir el espíritu de las Bienaventuranzas: “Poner la pobreza al lado de la felicidad puede semblar algo fuera de lugar. ¿En que sentido podemos hablar de pobreza como bendición?, y ¿Cómo podemos hacer que esta pobreza de espíritu se transforme en un estilo de vida, que se refleje concretamente en nuestra existencia?”
El Papa Francisco, siguiendo el estilo de sus homilías, que a menudo tienen tres ideas clave, responde también con tres puntos:
- Francisco invita a los jóvenes a la libertad interior fruto de una vida sobria opuesta a la cultura del consumo que les permita “fiarse más de Dios”: “intentad ser libres en relación a las cosas. El Señor os llama a un estilo de vida evangélico de sobriedad, a no dejarnos llevar por la cultura del consumo. Se trata de buscar lo esencial, de aprender a despojarse de tantas cosas superfluas que nos ahogan”
- Les pide una “cultura de la solidaridad” que no se limite a “palabras bonitas” sino que sea tocar al mismo “Cristo en el pobre: “necesitamos la conversión con relación a los pobres. A vosotros, jóvenes, os encomiendo de manera particular esta labor de volver a poner en el centro de la cultura humana la solidaridad. Tenemos el deber de estar atentos y vigilantes, venciendo la tentación de la indiferencia. Hemos de aprender a estar con los pobres. Acerquémonos a ellos, miremos a sus ojos, debemos escucharlos. Los pobres son para nosotros una ocasión concreta de encontrar a Cristo mismo, de tocar su carne que sufre”
- Y finalmente les recomienda “aprender de la sabiduría de los pobres” que son “maestros para nosotros”: “ los pobre no solo son personas a quienes podemos dar alguna cosa. Ellos también tiene algo que ofrecernos, para enseñarnos. ¡Tenemos tanto que aprender de la sabiduría de los pobres!. En cierto sentido, los pobres son para nosotros como maestros.
“Tenemos el deber de estar atentos y vigilantes, venciendo la tentación de la indiferencia. Hemos de aprender a estar con los pobres”
Francisco concluye su mensaje con un fuerte grito que une evangelización y pobreza, unión necesaria para construir el Reino de Dios: “la pobreza evangélica es una condición fundamental para que el Reino de Dios se difunda”. Sin pobreza, anuncia Francisco, no hay evangelización. El Papa dice a los jóvenes: “osad a ser felices!”