El orgullo de ser diácono en el seguimiento a San Francisco

Dos franciscanos, fray Flem y fray Lova, siguen los pasos del fundador de su orden y son ordenados diáconos por el Cardenal Sistach

Ya están un paso más cerca del presbiterado. Fray Flem y fray Lova, dos franciscanos, fueron ordenados diáconos este domingo en el Santuario de San Antonio. Ahora les toca disfrutar del ministerio diaconal que, como comentó el Arzobispo de Barcelona en su homilía, se basa en servir a la iglesia en tres dimensiones: la Palabra de Dios, exponiéndola y predicandola; la celebración de la fe y la caridad, el amor, la ayuda fraterna o el compartir los bienes. De esta manera, los dos frailes siguen el camino del fundador de su orden, San Francisco de Asís, quien fue diácono toda su vida.

Fray Flem y fray Lova son de Madagascar y ambos ingresaron a la orden en 2002. La labor de los franciscanos en esta isla africana en su día a día los llamó y sensibilizó y fue así como decidieron entrar a formar parte de la gran familia. Madagascar acoge un noviciado y allí fue donde pudieron comenzar sus estudios, que posteriormente continuaron en Murcia. Finalmente, fueron trasladados a Barcelona, ​​donde ahora han terminado el curso de teología, lo que les ha permitido avanzar en su camino junto con la iluminación del Espíritu Santo que les ha ido acompañando en este largo y difícil viaje.

Dos nuevos diáconos franciscanos

La ordenación diaconal de fray Flem y fray Lova fue la primera celebración solemne de la nueva provincia de la Inmaculada. Es por ello que numerosos hermanos de la orden así como el ministro provincial, Fr. Juan Carlos Moya, se trasladaron a Barcelona para vivir esta emotiva e histórica celebración. Presidida por el Cardenal Sistach y concelebrada por casi 20 sacerdotes, los ordenados estuvieron en todo momento apoyados por familiares, amigos y feligreses que les han acompañado en su camino hacia el diaconado.

La celebración comenzó con la liturgia de la palabra, que dejó paso al rito de ordenación con la elección de los candidatos y las letanías, momento en que los dos franciscanos se postraron en el suelo como signo de humildad y penitencia. Mediante dos gestos -la imposición de las manos y la oración consagratoria- los frailes fueron ordenados diáconos. Una vez ordenados, se vistieron con la estola cruzada y la dalmática, por lo que manifestaban externamente el ministerio que les correspondía desempeñar. Posteriormente, recibieron el Evangelio de manos del Cardenal Sistach, quien al fin los abrazó, aceptándolos como colaboradores suyos.

Alegría compartida

Para celebrar este momento y antes de la liturgia eucarística, fray Flem y fray Lova cantaron una oración en inglés que emocionó a los asistentes. Ambos iniciaron su ministerio con la preparación del altar. Al terminar la misa, quisieron dirigir unas palabras de agradecimiento a todos los participantes. La celebración prosiguió con un pequeño refrigerio que mostró la alegría de los frailes y de sus compañeros y familiares. Ahora sólo les queda cumplir con la voluntad de Dios y continuar, como hasta ahora, a los pies de la Santa Madre Iglesia.

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