«EL MUNDO NO NECESITA MÁS COMIDA. NECESITA MÁS GENTE COMPROMETIDA »
Manos Unidas presenta la campaña de este 2017 con el testimonio de un activista colombiano sobre la situación del país y su labor para ayudar a una tribu de indígenas en peligro de extinción

«EL MUNDO NO NECESITA MÁS COMIDA. NECESITA MÁS GENTE COMPROMETIDA »Con este lema se encabeza la nueva Campaña de Manos Unidas. La segunda parte del trienio que comenzó el año pasado contra el hambre. La presentación tuvo lugar en el Palau Robert, con el presidente de la ONG y un activista colombiano venido expresamente para explicar su experiencia con una tribu indígena.
Acabar con el hambre
El año pasado fue «plantar y recoger» y este año es ser conscientes de cómo los alimentos se desprecian y se tiran, hasta el punto de que «â…“ de nuestros acabará en la basura». «Queremos concienciar a la gente que seamos los primeros responsables de conservar y repartir este alimento», explicaba el presidente de Manos Unidas Joan Martí.
El año pasado se contabilizaba que 1.200 millones de personas pasaban hambre, ahora ha bajado a 800 millones. Aún así, explicaba el presidente de la entidad, «tenemos que seguir trabajando para que esta cifra llegue a 0 y así cerrar las puertas de Manos Unidas para que no tendremos trabajo, este es el objetivo y la ilusión donde llegar».
Testimonio des de Colombia
Para concienciar, un testigo comprometido venido expresamente para apoyar durante la presentación de la campaña fue el del Jaime Absalón León Sepúlveda, un activista colombiano que trabaja con Manos Unidas para llevar a cabo un proyecto con una tribu indígena, con peligro de extinción que necesita aprender técnicas de cultivo y sus derechos para velar por su supervivencia.
Jaime dio una conferencia sobre la situación y la problemática que se vive en Colombia hoy en día. Explicó cómo se encuentra el proceso de paz, y el apoyo desde la perspectiva de los movimientos sociales y las iglesias comprometidas, así como, el acompañamiento a comunidades desplazadas. La activista expuso su labor de colaboración con Manos Unidas centrada en la defensa de pueblos indígenas en peligro de extinción de la región del Orinoco.
Cooperación por la paz
«Gracias al proyecto de Manos Unidas – explicaba el activista- podemos ofrecer semillas para sembrar y cultivar alimentos, así como, el fortalecimiento organizativo que consiste en capacitarlos para que ellos mismos exijan sus derechos para participar de la política nacional y de la cooperación y ellos mismos se autoabastecerse de sus derechos». El Jaime explicó la incertidumbre en que se encuentran los derechos humanos en todo el país, amenazado por los enfrentamientos entre el gobierno y las guerrillas que ponen en crisis el proceso de Paz. Un proceso complicado debido a los crímenes y la desconfianza que ha habido, pero para la que tal como dijo la activista, hay que seguir luchando.
«No hay derechos humanos suficientes- explicaba Jaime-hay una población muy grande excluida que pasa muchas necesidades y los niños y los jóvenes se ven involucrados debido a la falta de derechos y garantías». Este insistió en la necesidad de dar a conocer el problema de Colombia «de base estructural, de política social y de exclusión de los gobiernos a los indígenas las comunidades de afroamericanos y los campesinos».