El Corpus, en miniatura, pero multitudinario

La iglesia de Sant Sever acoge dos muestras de la procesión de la festividad de Corpus Christi de los siglos XVIII y XIX: una de plomo y otra de madera

Se dice que tres jueves hay en el año que relucen más que el Sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Este jueves celebramos uno de ellos: la festividad pública de la fe, Corpus. Una tradición que en Barcelona se celebra desde hace muchos siglos pero que, con seguridad, se tiene constancia gracias a varias representaciones de la procesión de Corpus Christi en diferentes años. Estas recreaciones datan concretamente del 1793 y principios del siglo XIX: una es una pintura sobre madera y la otra una colección de 141 figuritas de plomo, respectivamente.

El orden de salida

Como ocurre actualmente, la procesión de Corpus está compuesta por el cortejo de la ciudad, los músicos, las hermandades y cofradías, las órdenes, el clero y por último la custodia con el Santísimo. La recreación de la procesión del 1793 también tiene un orden claro, siguiendo estos parámetros que continúan hoy en día a pesar de que, en aquella época, la procesión recorría muchas más calles de la ciudad y se convertía en un acto social y religioso que nadie se podía perder. Como diferencias con la actualidad, se encontraban los agricultores del Portal Nuevo y de San Antonio, los gremios, la junta directiva de la procesión, los representantes de las siete parroquias más importantes de Barcelona, ​​los rectores de cada iglesia con sus feligreses… reinaba, sobre todo, la alegría y el bullicio ya que Corpus Christi era la fiesta mayor de la ciudad.

En las figuritas de plomo del siglo XIX destacan los guardas municipales, que abrían la procesión montados en sus caballos, dos chicos que recogían el estiércol de los animales, los gigantes y los cabezudos, el baile de bastones, los mercaderes, los alumnos, los miembros del Ayuntamiento, la banda municipal, los músicos, el clero y los canónigos seguidos de los seminaristas, dos jóvenes que tiraban pétalos de rosa al paso de la custodia, diáconos, la custodia, el obispo con sus pajes, la tropa del ejército y la carroza que se utilizaba en caso de lluvia. Esta composición se trata de una donación anónima que se hizo en la Catedral.

El ou com balla

El ou com balla es una tradición de origen nacida en Barcelona que tiene lugar el día de Corpus Christi. El Dr. Martí Bonet explica su significado. «Nos encontramos ante el ou com balla. Es una tradición que representa la eucaristía. El huevo blanco representa la sagrada forma: la hostia consagrada. La parte de abajo, la concavidad, representa la sangre de Cristo, el cáliz».

Esta vinculación del huevo con Corpus Christi tiene una explicación curiosa. «Se utilizaba porque después de una procesión de cuatro o cinco horas, los monaguillos estaban muy cansados ​​y tenían hambre», narra el sacerdote. Además explica que una vez que los alumnos ingerían los huevos, «comían todas las cerezas y fruta que había alrededor. Ahora estas frutas se han convertido en flores».

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