El coraje de la misericordia

El Año de la Misericordia que el papa Francisco nos invita a vivir a fondo pide poner el referente de nuestra confianza en Dios que es amor, compasión y misericordia.

Con este lema, la comunidad monástica de Taizé propone para todo el año, y dirigiéndose especialmente a los jóvenes, una peregrinación de confianza que ayude a introducir en nuestra sociedad un nuevo tipo de compromiso hacia la globalización de la solidaridad y que actúe de antídoto a la globalización de la indiferencia. Esta comunidad ecuménica acompaña a miles y miles de jóvenes, y camina con ellos con el Evangelio como fuente de plena realización humana, cristiana, con un gran sentido de comunión de Iglesia y con hechos de reconciliación. Debemos reconocer con humildad el reto que se plantea a todas las comunidades y movimientos cristianos, reto que espera una confiada y audaz respuesta. La oferta que realiza, pensando que la casa construida sobre roca permanece estable (Mt 7,24-25) —dice su prior, el hermano Alois— es construir nuestras vidas sobre las palabras de Cristo, un fundamento que estará hecho de algunas realidades de Evangelio accesibles a todos: la alegría, la sencillez, la misericordia, realidades que el hermano Roger puso en el corazón de la vida de la comunidad de Taizé y que nos permiten avanzar incluso en los momentos difíciles. Él las interiorizó hasta tal punto de retornar a ellas, día tras día. Quizá este es el ejercicio que Dios nos pide hacer justamente cuando se está sufriendo tanta incertidumbre en muchos ámbitos de nuestra convivencia social. El Año de la Misericordia que el papa Francisco nos invita a vivir a fondo pide poner el referente de nuestra confianza en Dios que es amor, compasión y misericordia. Accedemos a Él a través de Jesús que es su rostro. Lo hemos escuchado y vivido estos días en el encuentro de jóvenes de Taizé en Valencia, cuando, con previsión de futuro, se han puesto al alcance de todos las siguientes propuestas: 1) Confiarnos al Dios que es misericordia, 2) Perdonar una y otra vez, 3) Acercarnos, solos o con algunos otros, a una situación de sufrimiento, 4) Ensanchar la misericordia a sus dimensiones sociales, 5) Misericordia para toda la creación. Sebastià Taltavull Anglada Obispo auxiliar de Barcelona

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