El Cardenal Sistach ingresa en la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Cataluña

Acompañado por sus dos padrinos, los abogados Agustí Bassols y Eugeni Gay, el Administrador Apostólico recibió la medalla y el diploma que lo acreditan como académico de número

En la sesión pública y solemne de la inauguración del curso académico 2015-2016 de la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Cataluña, que tuvo lugar el martes 10 de noviembre, a las 19 horas, en la sala de actos del Colegio de Abogados de Barcelona (c. Mallorca, 283), el Sr. Cardenal y Administrador Apostólico de Barcelona, ​​Dr. Lluís Martínez Sistach, hizo el ingreso como académico de número de dicha Academia.

Durante el acto de ingreso, abierto a todos, en primer lugar, el secretario de la academia, Lluís Pou Mirabent, leyó la memoria anual. A continuación, el Sr. Cardenal hizo su entrada en la sala, acompañado de sus dos padrinos, los académicos Agustí Bassols y Eugeni Gay. Invitado por el presidente a ocupar la cátedra, pronunció el discurso de recepción titulado «Estado laico y sociedad plurireligiosa», en el que se hacía eco de varios problemas planteados en nuestra sociedad.

Luego, contestó al discurso del Sr. Cardenal el Académico de Número Josep-Joan Pintó Ruiz, destacando la importancia del magisterio jurídico del Dr. Lluís Martínez Sistach y el sentido profundamente humano de su trayectoria, de lo que hizo muchos elogios. Cerró el acto, el Hble. Sr. Josep-D. Guàrdia Canela, presidente de la Academia. A la finalización del acto se entregó a los asistentes un ejemplar del discurso de ingreso de nuestro Cardenal.

La diferencia entre laicidad y laicismo

Entrando en el tema de su discurso de ingreso, el Cardenal Martínez Sistach dijo que laicidad y laicismo son dos conceptos que significan realidades muy diferentes. «En nuestro ambiente va creciendo una tendencia cultural y política a hablar del Estado laico y también de la sociedad laica. Si bien la primera expresión configura un Estado aconfesional y respetuoso para con el fenómeno religioso, la sociedad no es ni puede ser laica, porque la sociedad está formada por personas creyentes y no creyentes, de alguna religión o de ninguna religión. La sociedad es plurireligiosa», explicó el Administrador Apostólico.

La laicidad positiva de España

El Cardenal Martínez Sistach pasó al análisis de los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español y de las novedades que comportaron, en especial en cuanto a la confesionalidad o aconfesionalidad del Estado: ni una España católica ni tampoco una España laicista: se optó por una postura intermedia y se estableció la aconfesionalidad del Estado: «Ninguna confesión tendrá carácter estatal» (Art 16.1 de la Constitución).

Ser cristianos en una sociedad pluralista

El Cardenal continuó diciendo que la laicidad del Estado pide a los cristianos y a la Iglesia encontrar el propio «sitio» en la nueva situación socio-cultural en que vivimos, sin que conlleve la pérdida de la propia identidad cristiana y de su actuación como tal. Para encontrar el propio lugar, hay que considerar la dimensión exterior, que sería la que hace referencia a la sociedad, a los valores que ella asume, a los objetivos perseguidos, a los mecanismos e instituciones operativos, a las mismas leyes. La otra dimensión es la interior, que hace referencia a la vida misma de los cristianos individual y comunitaria: «La manera de estar del creyente en la sociedad conlleva también una manera de actuar, inspirada por su fe, ordenada a influir sobre la sociedad para una mejor consecución del bien común, coherente con los valores humanos inherentes a la fe cristiana . Es decir la verdad, la justicia, la libertad y, sobre todo, el amor. «

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