El beato Josep Samsó, un testimonio vivo en Mataró
Un reportaje sobre el rector mártir de Santa María de Mataró, víctima de la persecución religiosa, beatificado en 2010 y exhumado este febrero de 2015

«Pidió que le quitaran la venda, perdonó, y quiso mirar hacia Mataró que tanto amaba». Así explica Mn. Martí Bonet, uno de los recuerdos que ha quedado más grabado del rector mártir de Santa María de Mataró, el Dr. Josep Samsó. Este mes de septiembre ha hecho 79 años que el Beato Josep Samsó y Elías, antiguo rector de la Basílica de Santa María de Mataró, murió mártir en el cementerio de la ciudad, durante la persecución religiosa en 1936.
Testimonio vivo
La huella que dejó en la ciudad perdura. Se recuerdan todavía sus magistrales lecciones de catequesis, por las cuales explica Josep Maria Tarragó, le llamaban el «principe de los catequistas», hoy en dia plasmadas en libros. «La iglesia quedaba llena a rebosar» explica Joaquima Roqueta, que aun recuerda su espíritu caritativo y bondadoso hacia los más vulnerables, ya fuera dando caridad a los pobres o perdonando aquellos que lo mataron.
Estubo hospedado en casa de unos feligreses pero, según Ramón Tries, familiar de estos, cuando cogió el tren para partir en dirección hacia Barcelona, «fue reconocido y detenido», y entonces ejecutado en el cementerio de Mataró, el 1 de septiembre de 1936.
Beatificación
El 23 de enero de 2010, gracias al empuje de Mn. Joan Colomer, rector de la basílica en ese momento, y de la entidad Amigos del Beato Sansón, fue beatificado por el Cardenal Lluís Martínez Sistach en la misma iglesia de Santa María de Mataró, donde él había practicado el sacerdocio. Su beatificación, según Mn. Martí Bonet supone «emblema» para todos aquellos que murieron durante la persecución religiosa.
Exhumación y ‘motivación de fe’
Cinco años más tarde, en febrero de este 2015 tuvo lugar la exhumación de sus restos para procurar una mejor conservación de los restos y facilitar la veneración de los fieles. La exhumación se realizó en dos sesiones, en el que se abrió el féretro, donde él había sido trasladado en 1944, y se identificaron y trasladar los restos a una nueva urna.
Tras el proceso se llevó a cabo una celebración en su honor, presidida por el Cardenal de Barcelona, ​​rodeada de todos sus devotos. Según Mn. Xavier Bastida, que presidió todo el proceso de exhumación del beato Sansón: «Todo versa no como algo puramente científica o técnica, sino que se trata de una motivación de fe, un culto a un hombre que ha dado toda su vida hasta la muerte, al servicio de Dios y los hermanos de su pueblo «