Dios, ¿madre?
En su homilía en Santa Marta, el Papa Francisco ha comparado la ternura del Señor con la de una madre por su hijo

Dios nos ama con la ternura de una madre. Ésta es la conclusión que se extrae de la homilía de este jueves del Papa Francisco en la Residencia Santa Marta. Inspirado en la lectura del profeta Isaías, el Santo Padre ha hecho una comparación entre Dios y una madre: «Dios se presenta aquí como una madre, como una madre que dialoga con su niño (…) Está [Dios] tan cerca de nosotros que se expresa con esta ternura: la ternura de una mamá».
¿Qué es la gracia de Dios?
¿Una mercancía?, se pregunta el Francisco. «Parece que sí», se responde a sí mismo aunque matiza que, a lo largo de la historia, la cercanía de Dios a su pueblo «ha sido traicionada por esta actitud nuestra, egoísta, de querer controlar la gracia». Y define la gracia de Dios como la proximidad, la ternura, porque «el Señor no es un comerciante, el Señor ama, está cerca». Metafóricamente, la gracia de Dios es como una madre que, gratuitamente, ama a su niño y ese niño, al mismo tiempo, se deja querer: «esta es la gracia de Dios».
Finalmente, el Papa aconseja a todos los fieles: «Si nosotros tuviéramos el valor de abrir nuestro corazón a esta ternura de Dios, ¡cuánta libertad espiritual tendríamos! Hoy, si tienen un poco de tiempo, en su casa, tomen la Biblia: Isaías, capítulo 41, desde el versículo 13 hasta el 20. Y léanlos». Así se puede comprobar la ternura de Dios, similar a la de una madre.