Diálogo, fuente de paz

Las diferencias convertidas en costumbres y sobre todo en leyes, suelen ser un impedimento para el diálogo y enrarecen la convivencia

 
Convivimos, nos encontramos por la calle, somos vecinos, pero no hablamos o hablamos poco con ellos y ellos con nosotros. No nos conocemos o nos conocemos poco. Hablamos de diálogo interreligioso, pero a menudo se reduce a un acto protocolario o de buenas formas. Hay un cierto intercambio cultural por las materias que se dan en los centros educativos y, de cada vez más, un enriquecedor intercambio entre compañeros alumnos en las escuelas. Las nuevas generaciones lo viven de manera diferente pero, ¿qué nos aportamos para que sea posible un verdadero diálogo, fuente de paz? Enhorabuena a quienes saben hacerlo y lo hacen.
 
El trasvase cultural no resulta fácil cuando cada uno es más exigente con el otro que con uno mismo, cuando lo que a nosotros no nos está permitido en otros países, los que provienen de ellos lo están exigiendo a donde llegan. Las diferencias convertidas en costumbres y sobre todo en leyes, suelen ser un impedimento para el diálogo y enrarecen la convivencia. Peor si abundan los prejuicios, porque entonces aparece la intolerancia, los fundamentalismos encuentran espacios de cultivo en la ignorancia y en la tergiversación religiosa, se buscan razones incluso para lo más inhumano. El terrorismo, con su más macabra manifestación, capta adeptos con facilidad cuando encuentra individuos que se han vaciado ellos mismos de lo que podía llenarles de sentido y felicidad.
 
Las religiones no son el problema, sino la falsificación que algunos hacen de ellas utilizándolas para hacer daño y en beneficio propio. Nada más lejos que pensar así. Adhiriéndose a unas palabras del papa Francisco sobre los atentados terroristas, el gran ayatolá de Irán ha dicho que sus sensatas y lógicas consideraciones sobre el islam son realmente admirables porque disocian la religión de las acciones inhumanas y las atrocidades perpetradas por las sectas impías como el Daesh. Por eso, ha condenado el asesinato del P. Jacques Hamel, recordando que la misma condena también la hacen los intelectuales musulmanes y la gran mayoría de creyentes islámicos.
 
Sebastià Taltavull Anglada
Obispo auxiliar de Barcelona

 

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