Después de la tormenta, NO llega la calma
Cáritas Diocesana de Barcelona presenta su campaña de Corpus y aporta la memoria de 2015, donde se constata que 23.913 personas han sido atendidas por la entidad gracias a los 320 proyectos que ofrece

Cáritas Diocesana de Barcelona ya ha presentado el balance de la acción social 2015, y lo ha hecho en la tradicional rueda de prensa que la entidad ofrece en la festividad de Corpus (la colecta de este domingo irá destinada a Cáritas) y en la que ha participado el arzobispo de Barcelona, ​​Mons. Juan José Omella, y el director de Cáritas Barcelona, ​​Salvador Busquets. Según esta memoria y gracias a los 320 proyectos que la entidad tiene distribuidos por toda la diócesis, se han atendido a 23.913 personas (un 2% más que en 2014) y 11.843 hogares durante el 2015. Si hacemos un retrato robot, el perfil o rostro de la pobreza sería el de una madre sola (37% de los casos), sin un hogar digno (41%) y con una situación de pobreza severa (64% de los atendidos ya habían sido ayudados anteriormente). La nacionalidad, actualmente, ya no caracteriza la exclusión ya que un 47% de usuarios son españoles.
Ante estos datos, Cáritas ha dado un total de 2.405.720 euros en dinero para las necesidades básicas de las familias. Estas ayudas económicas, que provienen sobre todo de fuentes privadas (79%) han servido para pagar viviendas y hogares, alimentos, sanidad y escuelas. Aunque a nivel macroeconómico se estén viendo algunas mejoras, a pie de calle este incremento no se evidencia: «No estamos saliendo todavía de la crisis porque esta recuperación económica no llega a todos», ha expresado el arzobispo de Barcelona.
El trabajo, el principal elemento de exclusión
El trabajo es uno de los puntos clave para poder salir de la exclusión aunque «tener un trabajo ya no es garantía de salir de la pobreza», ha constatado Busquets. Es por ello que Cáritas trabaja esta carencia con el proyecto Feina amb Cor, un programa que realiza un acompañamiento intensivo a las personas durante seis meses para activarlas y apoderarlas para que puedan ser capaces de nadar en mar abierto por si solas. Los números de este proyecto -que se inició en diciembre de 2013- se han presentado en el informe Nadando en mar abierto, que recoge la experiencia y los buenos resultados de sus dos años de vida.
De las 2.980 personas que han participado en el proceso de Feina amb Cor, un 51% (1.524 personas) han encontrado trabajo, incluyendo las que aún no habían terminado el programa. Si se tienen sólo en cuenta las personas que han terminado los seis meses del programa, 2.381 personas, el éxito es aún mayor: 64% de éstas han encontrado trabajo inmediatamente. Esta cifra asciende al 71% después de tres meses de finalización del programa. Estos datos son un mensaje esperanzador ya que demuestran que no es cierto que una parte de las personas paradas (especialmente aquellas con más de 55 años, muchos años en paro o sin estudios) estén desahuciadas de la vida laboral.
Sin embargo, en el ámbito laboral, Cáritas denuncia la emergencia de la figura del trabajador pobre, es decir, personas que a pesar de tener un sueldo, no pueden llegar a fin de mes y pide una política de ingresos mínimos por parte del gobierno.
Las personas atendidas se mantienen
Junto con el informe Nadando en mar abierto, se ha presentado la campaña para el Corpus que lleva por título «Después de la tormenta, no llega la calma». Aunque algunos indicadores macroeconómicos indiquen un repunte en la economía, lo que queda de estos años de crisis económica es una profunda crisis social. Por ello Cáritas es consciente de que tiene por delante un largo camino por recorrer en el que se ha marcado cuatro líneas de actuación prioritarias: el apoyo a las necesidades básicas, el apoyo a las familias y los niños, la prevención de la exclusión social residencial y la acción para el empleo. Pero también se añade un quinto punto: la ayuda a las personas refugiadas, que en los cinco meses de este 2016 ha ascendido en 109 personas (además de las 629 que ya atendía). «Antes, se daban más acciones puntuales pero ahora es necesaria una ayuda más integral», afirma el director de Cáritas Diocesana de Barcelona.
Salvador Busquets ha avanzado los datos de estos primeros meses de 2016: el número y el perfil de las personas atendidas son similares a los del mismo periodo de 2015. Una buena noticia que se contrapone con la paralización de la ley 24/2015 por parte del Tribunal Constitucional: «Se ha priorizado el ordenamiento competencial sin dar salida a los derechos de las personas en vulnerabilidad», ha denunciado Busquets. Y es que Cáritas Diocesana de Barcelona pretende poner por delante a las personas porque, como bien dice Mons. Omella, «para la Iglesia lo más importante no es el dinero sino los rostros, las personas».