Confirmaciones a los Carmelitas Descalzos de Badalona
El obispo Sebastià Taltavull administró el sacramento de la confirmación a un grupo de jóvenes y les animó a testimoniar su fe a los demás

La comunidad carmelitana está de fiesta. Y es que un grupo de jóvenes de la comunidad de los Carmelitas Descalzos de Badalona decidió el pasado sábado dar un paso adelante y reafirmar, ante toda la asamblea, aquella primera decisión que tomaron sus padres de bautizarlos y educarlos en los valores y el mensaje de Jesús de Nazaret.
El obispo Sebastià Taltavull administró el Sacramento de la confirmación a todos ellos, recibiendo de sus manos el don del Espíritu. Es la promesa que hicieron sus padres y abuelos el día de su bautismo y que el sábado llegó a ellos de manera consciente y plena y los incorporará activamente a la vida cristiana.
Fue un día especial, ya que se trata de una fiesta de toda la comunidad. En primer lugar para los que se confirman, una fiesta que les confiere una mayoría de edad en su camino de búsqueda y les da fuerza para enfrentarse a sus responsabilidades como cristianos. En segundo lugar, una fiesta por sus padres y familiares. Ellos fueron quienes los acompañaron en los primeros pasos por este camino que los ha llevado el día de hoy, pero que no es más que una estación del gran trayecto de su vida.
También lo es, y mucho, para sus catequistas que desde hace tiempo están a su lado y les han dedicado su tiempo para preparar este momento tan importante. Y una fiesta para toda la comunidad que es la que genera el calor y mantiene vivo el fuego de la formación de los niños y jóvenes, riqueza para su renovación y crecimiento.
El obispo auxiliar de Barcelona desarrolló su homilía valorando el camino que les queda por delante y invitándoles a estar cada vez más integrados en la comunidad parroquial. Remarcó la importancia de estar enamorado de Jesús e hizo referencia al acompañamiento familiar que habían recibido los confirmantes. En todo momento, se respiró un ambiente alegre y participativo, en una celebración marcada por la presencia de familiares y amigos. El obispo Taltavull, siempre al lado de los más jóvenes, mostró su empatía con todos ellos, transmitiéndoles los mejores deseos en un día tan simbólico.