Conducir es mucho más que ir en un coche

La Pastoral de Tráfico de Cataluña ha enviado una carta de llamada para recordar la responsabilidad ante el volante durante las fiestas navideñas

Nuevamente tenemos ya las fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes y, como siempre, el mundo del comercio se avanza el tiempo suficiente ya que lo recuerda con las luces en las calles y las tiendas adornadas.

Después de Navidad se apagan las luces

Ahora bien, este recordar, es puramente crematístico, de consumo y de poco recogimiento. Las personas ya avanzan las compras, los días pasando volando y, dicho y hecho, nos encontraremos con los Reyes, al día siguiente se apagan las luces y la vida continúa a las «oscuras».

¿Y que podemos hacer nosotros para mejorar actitudes, angustias, tristezas, economías escasas y más cosas que no nos dejan vivir?

Sólo nos queda la opción de aceptar que nosotros, a título personal, no somos culpables de las situaciones sobrevenidas por muchos motivos y que las tenemos que ir asumiendo aunque no nos gusten, para alcanzar una chispa de paz en nuestros corazones . Y pensamos que todos tenemos algo que no nos encaja pero que forma parte de nuestro día a día.

¿De verdad que llevamos con normalidad lo que sea?

Conducir con sensatez

Pues bien, acordémonos de todos aquellos que, para ir a visitar a las familias lejanas, cogerán un vehículo como si fuera un juguete, sin pensar que más gente con ellos y que otros circulan como él. Conducir debe ser un motivo de placer, para disfrutar de la compañía, para mirar la carretera y el horizonte con gozo y estar pendiente de las características de la ruta.

Conducir es muchos más que ir en un coche, moto o bicicleta. Conducir es dar gracias a Dios de la posibilidad de hacerlo. Y si conducimos con sensatez, agradecemos y regalamos a los demás la vida que tenemos.

Y no dejamos de pensar con los peatones. Todos lo somos en cualquier momento, y que formamos parte del entorno: aceras, calles, pasos cebra…

Recordemos que es Navidad. Para unos, unas fiestas de familia, para otros unos encuentros que se realizarán por un cierto compromiso y unos reencuentros esperados debido a distancias físicas importantes y por otros, irse de las ciudades para ir donde más convenga: la nieve, en el apartamento de la playa o montaña, a hacer un viaje deseado a un lugar desconocido…

Y nos queda un grupo, infinitamente más grande, donde la fiesta de Navidad tiene el sentido de agradecer a María y José que acogieran a un niño, de nombre Jesús, que había nacido para llevar un mensaje de amor, paz y de júbilo. Y, una vez hecho hombre, enseñarnos el camino de la salvación.

Navidad de paz y tranquilidad

¿Os imagináis los pastores, a pie, encima de unos asnos, pollinos o caballos y los tres Reyes a lomos de unos camellos? ¿Os imagináis que debían salir con el tiempo necesario, sin prisas, para llegar al lugar y teniendo tiempo para charlar, imaginar y compartir los que se encontrarían ?.

¿Y porque nosotros vamos con el paso cambiado? ¿Y para que no salimos antes del tiempo previsto para llegar a la hora, descansados, contentos de lo que nos espera y curiosos para reencontrarnos con los más queridos?

Navidad nos llena de Paz, en casa, en la calle y en el mundo de la movilidad. Y que sea luz para hacer un andar de gozo y de agradecimiento de todo lo que tenemos, regalado por el hecho de vivir, y que tenemos que aprender a compartir.

 

Pastoral del Tráfico de Cataluña

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