Comunicación y misericordia: un encuentro fecundo
Este domingo se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, basada en un mensaje del Papa Francisco que invita a reflexionar sobre la comunicación de la misericordia en la Iglesia

Este domingo, e inserido en el Año de la Misericordia, se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Comunicación y misericordia no están tan alejadas como parece. Lo evidencia el Papa Francisco en su mensaje para la 50a Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El Papa pone las bases de un encuentro fecundo entre comunicación y misericordia, que tiene una doble vertiente: comunicar de manera misericordiosa y cómo comunicar la misericordia. Partiendo de la base de que todo lo que decimos y no decimos comunica, nuestro corazón y nuestros gestos deben estar animados por la caridad y por el amor divino. Sólo así, la comunicación será portadora de la fuerza de Dios.
Crear puentes
«La comunicación tiene el poder de crear puentes, de favorecer el encuentro y la inclusión, enriqueciendo así la sociedad», escribe el Papa Francisco. Y es que sólo con el lenguaje, y con las palabras, se pueden construir lazos entre las personas, las familias, los grupos sociales y los pueblos. Pero la comunicación debe ir más allá ya que no sólo es creíble si objetivamente corresponde a la verdad sino si además es fiable. Y esto es posible gracias a la misericordia, que activa «una nueva manera de hablar y dialogar», a la que se adherirá el ámbito de la política y la diplomacia.
«Cómo desearía que nuestra manera de comunicar no expresara el orgullo soberbio del triunfo sobre el enemigo, ni humillara a quienes la mentalidad del mundo considera perdedores y material de desecho«, expresa el Papa Francisco, quien añade que «la misericordia puede ayudar a mitigar las adversidades de la vida y a ofrecer calor a aquellos que han conocido sólo la frialdad del juicio». Su deseo, a nivel comunicativo, está claro: «Que el estilo de nuestra comunicación sea tal, que supere la lógica que separa netamente los pecadores de los justos». Y que esté basada en Cristo mismo, «la misericordia es el modelo para nuestro modo de anunciar la verdad y condenar la injusticia».
Escuchar, no oír
En la actual sociedad, comunicar es compartir -ya sea por las redes sociales o en persona. Pero para compartir se necesita escuchar: «Escuchar es mucho más que oír. Oír hace referencia al ámbito de la información; escuchar, en cambio, evoca la comunicación y necesita proximidad». ¿Qué significa, pues, escuchar? «Escuchar significa prestar atención, tener deseo de comprender, valorar, respetar, custodiar la palabra del otro», escribe el Papa.
Si alguien cree que con las nuevas tecnologías es imposible escuchar al otro o generar mensajes auténticos se equivoca: «No es la tecnología la que determina si la comunicación es auténtica o no, sino el corazón del hombre y su capacidad para usar bien los medios que están a su disposición», reflexiona el Pontífice. Siempre desde el respeto a la dignidad del otro, el acceso a las redes digitales deben permitir el encuentro fecundo entre la comunicación y la misericordia en la medida en que ambos «generan una proximidad que se hace cargo, consola, cuida, acompaña y celebra».