Centenario de Pompeia: orígenes históricos de un proyecto atrevido
[Catalunya Cristiana / Fray Valentín Serra] La proyección eclesial y social del santuario de Pompeya. Este fue el título de la conferencia pronunciada en el santuario barcelonés de Pompeya el día 4 de octubre, fiesta de San Francisco, con motivo del primer centenario de vida pastoral de tan emblemático santuario que fundó el capuchino Rupert [...]
La proyección eclesial y social del santuario de Pompeya. Este fue el título de la conferencia pronunciada en el santuario barcelonés de Pompeya el día 4 de octubre, fiesta de San Francisco, con motivo del primer centenario de vida pastoral de tan emblemático santuario que fundó el capuchino Rupert María de Manresa, antiguo secretario en Roma del cardenal Vives y Tutó, y gran admirador de la irradiación del santuario italiano de Pompeyo, construido en 1876 por iniciativa del beato Bartolomé Longo.
A lo largo de la conferencia, muy centrada en los aspectos de proyección social y cultural y, sobre todo, en la vida litúrgica del santuario, en el momento de tratar sobre la proyección social pompeyana pareció conveniente poner de relieve que, junto a las severas y abundantes críticas a la pastoral de nuevo signo impulsada por capuchinos de la Diagonal-tanto desde posiciones anticlericales como desde el integrismo católico-, también se produjeron en su día bastante comentarios elogiosos. Por ejemplo, fueron muy destacables los elogios formulados por Joaquim Ruyra, Josep Carner, Josep M.de Sagarra, Alexandre Galí y aun del catalanófilo y antiguo profesor en la Universidad de Barcelona Georges Dwelshauvers, buen amigo y entusiasta fan del P. Rupert.
Fue el Dr.. Dwelshauvers quien, expulsado de Barcelona durante la dictadura de Primo de Rivera, en 1926 escribió desde París algunas páginas a favor de la acción social y pastoral desarrollada por capuchinos de Pompeya. En efecto, dentro de un ensayo sobre Cataluña y la cuestión catalana Georges Dwelshauvers manifestó que: «El apostolado diciembre Peres Capucins de Pompeya este très Actif á Barcelone. Ils ont FONDEO diciembre écoles entièrement gratuitas pour las enfants du peuple, une société chorale, un thé ® centro, un dispensaire avec 16 medicinas. Ils fuente de importantes prédications á Barcelone te ciudadanos plusieurs villas catalanas »; (cf. La Catalogne et le problème catalán, París 1926, p. 222).
En efecto, tal como se indicó en este texto de Georges Dwelshauvers, en torno al santuario pompeyano estuvieron situadas innovadoras y atrevidasinstituciones culturales y benéficas de esparcimiento y de acción social, muy bien organizadas que contaban, incluso, con una caja de préstamos para ayudar a sacar adelante los obreros, especialmente en el momento de casarse y formar familia.
En cuanto a las escuelas gratuitas pompeyanas para obreros fueron inauguradas el 5 de octubre de 1911, mientras que el primitivo colegio para la escolanía comenzó su singladura el día 23 de enero de 1912 en unos locales situados en la Travessera de Gràcia, entre las calles de Santaló y Rosés. Estas escuelas fueron puestas bajo la dirección del P. Ezequiel de Mataró, experto en asociacionismo católico quien, en 1906, ya había fundado en Arenys de Mar la entidad social y benéfica Juventud Seráfica.
A propósito de la buena calidad de la enseñanza impartida por las escuelas pompeyanas, cuando fueron visitadas el año 1915 por el arzobispo de Beirut, monseñor Athanasios Saboya (que fue huésped de los capuchinos de Pompeya durante la Primera Guerra Mundial), el prelado puso de manifiesto la solidez de la instrucción cultural y moral que allí recibían los niños.
Y, ciertamente, fue gracias a la buena calidad de la enseñanza impartida en la escolanía de Pompeya que de esta institución docente salieron buenos músicos (como el P. Robert de la Riba), artistas (como el P. José M. de Vera) y humanistas (como el P. Nolasco del Molar). El P. Nolasco de El Molar fue el primer chico de la escolanía pompeyana que profesó como religioso entre los frailes menores capuchinos de Cataluña en el año 1919.
En cuanto al dispensario pompeyano, ya desde el momento de su creación el día 02 de junio de 1914, fue dirigido por el Dr.. Gaspar Costa, quien contó con la colaboración desinteresada de los principales médicos de Barcelona y, también, con la generosidad de algunos laboratorios y farmacias que regalaban medicamentos a beneficio de los pobres que acudían al dispensario procedentes de todos los barrios de Barcelona. En 1919, el boletín dominical de Pompeya ofreció una síntesis de las actividades y desarrollo del dispensario: «Nuestro dispensario médico consta de trece Médicos y varios practicantes; atienden a los Enfermos con esmero y detenimiento […] Tiene especialistas para Enfermedades de niños, Enfermedades de garganta, Nariz y oído, Enfermedades de ojos, y Enfermedades de la mujer; Tiene Aún electroterapia y dentista. Tiene un pequeño laboratorio y decisión para ampliarlo. Ahora abre en suspensión locales una nueva sección; crea un sector de medicina homeópata. «
Una de las realizaciones más atrevidas de la obra pompeyana fue la creación de la Sociedad Deportiva Pompeya, inaugurada el día 7 de diciembre del año 1913. Esta entidad se ubicó en el cruce de la avenida Diagonal con la calle de Casanova, junto a la Travessera de Gràcia, y nació orientada al servicio del esparcimiento católico de chicos y chicas. La prensa del momento se hizo amplio eco, especialmente de la fiesta inaugural del campo de deportes, haciendo mención de un cierto talante elitista en la sociedad deportiva, donde el futuro escritor Josep Pla hizo una temporada de escribiente: «Inauguración del Campo de Sports de la Sociedad Sportiva Pompeya. En esta sociedad, fundada y patrocinada por los RR. PP. Capuchinos, figuran inscritas las más conocidas familias de la buenasociedad de Barcelona »; Cf.. La Actualidad(1 mayo 1915) p. 1.
La Sociedad Deportiva Pompeya, junto con las representaciones teatrales de carácter mixto, como Los pastorcillos, que escribió Josep M. Folch i Torres (y que en el año 1916 fueron estrenados en el Coliseo Pompeya), fueron algunas de las acciones culturales y recreativas más atrevidas que tuvieron lugar en el entorno del santuario pompeyano. El Coliseo Pompeya ocupó el edificio del antiguo Teatro Moderno, adquirido en 1915 por el Patronato de Pompeya. El Teatro Moderno era una edificación situada en la Travessera de Gràcia suficientemente amplia para acoger buena parte de la obra social desarrollada por el Patronato pompeyano: dispensario, ropero y escuelas gratuitas. El Coliseo Pompeya fue inaugurado en 1915, con la presencia del arzobispo de Beirut, el ya mencionado monseñor Athanasios Saboya, junto con el ex soldado de Marruecos Muley Afid. El estreno consistió en la representación de una pieza del comediógrafo areñense Josep M. Arnau.
Las representaciones teatrales del Coliseo Pompeya causaron bastantes problemas al P. Rupert, tantos, que la Nunciatura y el Gobierno de Madrid, tramitaron la deportación de Barcelona de Rupert M.de Manresa acusándolo de fomentar las asociaciones mixtas y las representaciones teatrales poco piadosas y de ser, claro, un eclesiástico demasiado «modernista», es decir catalanista, pues detrás del término «modernista» se camuflaban las acusaciones a los eclesiásticos vinculados al movimiento de recuperación cultural catalana.
Tras la conferencia, fray Julio Massagué, custodio del santuario, saludó a los asistentes y, seguidamente, fray Jacinto Duran, ministro provincial de los capuchinos, cerró el acto con la presentación del estudio Pompeya: orígenes históricos de un proyecto osado, que acaba de publicar la editorial Mediterrània coincidiendo con la conmemoración del centenario pompeyano que, ayudando Dios, se cerrará por la fiesta de la Purísima de este año en el marco de una solemne concelebración eucarística que tendrá lugar a las 12 del mediodía.