CECAS, una puerta para salir de la droga

La Fundación del Centro Catalán de Solidaridad da, a las personas drogodependientes, una oportunidad de vivir su vida de manera diferente

Escaleras arriba y escaleras abajo. Unos escalones deteriorados por el tiempo, pisados ​​por cientos de pies cada día. Como un bucle, la sintonía que se repite en las escaleras es un «buen día» amable, cada vez que dos personas se cruzan. Este es el ritmo de la Fundación privada del Centro Catalán de Solidaridad (CECAS) que, con motivo del Día Internacional de la Lucha contra el uso indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, abre sus puertas a Iglesia de Barcelona.

Misión: ayudar y atender

CECAS es una fundación privada que se dedica a la atención de personas con drogodependencia, especialmente aquellas que se encuentran en situación de exclusión social, con tratamientos biopsicosociales y reeducativos de las drogodependencias considerando las patologías derivadas. Con la voluntad de cubrir todo el territorio catalán, el CECAS dispone de centros de atención en Barcelona, ​​Tarragona y Lleida. Y centros de información en las diferentes Cáritas Diocesanas de Cataluña.

Su misión es generar espacios para atender, acompañar y tratar educativa y terapéuticamente personas con problemas de adicción, con especial sensibilidad por aquellas que se encuentran en situaciones de marginación o pocos recursos y que no saldrían fácilmente, con la máxima calidad de medios humanos técnicos y económicos, para ayudarles a mejorar su calidad de vida, autonomía y bienestar teniendo en cuenta su realidad, potencialidades y capacidades.

El CECAS, que cumplirá 25 años en 2016, está homologado por la Administración pública aunque las plazas son convenidas. Pero la fundación intenta atender a todos aunque no se puedan pagar el tratamiento, ya que el 80% está subvencionado por fondos públicos pero no el 20% restante. Gracias a las aportaciones voluntarias y a las colaboraciones con centros como los obispados de Cataluña, San Juan de Dios, Cáritas y el Banco de Alimentos muchos encuentran una plaza en el centro.

¿Cómo se llega al CECAS?

Las vías de derivación son tanto servicios sociales como los ambulatorios e, incluso, algunos llegan por propia iniciativa. Es aquí cuando se les hace una primera visita en la que se realiza una primera valoración. En ésta, diferentes profesionales decidirán si el paciente necesita un tratamiento ambulatorio o aún más, hacer un paréntesis en su vida para ingresar en el CECAS. Todos los itinerarios, sin embargo, son personalizados ya que se basan en las capacidades de cada persona. En caso de que se dé esta segunda opción, la persona drogodependiente pasará por tres fases diferentes. La primera es la de acogida y es donde se trabaja para reestructurar y reeducar hábitos personales básicos como el control de la medicación, la alimentación, los horarios o las rutinas de sueño. Gracias al acompañamiento y a las actividades que se realizan para que estén ocupados, se intenta acabar con la abstinencia a la droga. Esta primera fase tiene lugar en el CECAS de la calle Banys Nous, mientras que la segunda se lleva a cabo en Collserola y se basa en la introspección. En una comunidad terapéutica, los pacientes trabajan los motivos personales que provocaron su entrada a la droga. A partir de aquí, entre cinco y siete meses, se autoconocen y trabajan las actividades para hacer frente al problema. Los que llegan a la tercera fase se trasladan de nuevo al centro de Barcelona. Es cuando las personas drogodependientes ponen en práctica lo que han aprendido en un entorno más real y normalizado. Es una etapa delicada ya que se los reinserta en la sociedad y se pueden reencontrar con elementos que anteriormente no sabían manejar.

En todas ellas, el objetivo prioritario es la abstinencia. Y el acompañamiento vital es la familia, que participa en un proceso paralelo marcado por entrevistas semanales y grupos de terapia donde también se les ayuda. Y es que todos los que acceden al CECAS llegan normalmente con los puentes de relación social rotos pero saben que quieren cambiar porque estar allí es totalmente voluntario. Más de un 65% de pacientes terminan el proceso de desintoxicación y, en este caso, les esperan de 3 a 5 años de seguimiento ambulatorio para evitar que se vuelva a recaer.

¿Quién accede al CECAS?

El perfil de personas que acceden al CECAS ha ido cambiando con el paso del tiempo. Aunque en sus inicios, hace 24 años, la mayoría de personas que solicitaban ayuda eran hombres de entre 30 y 45 años con una dependencia a la heroína, ahora el perfil ha cambiado y se tiene una dependencia al alcohol y a la cocaína. Desde 2005, el CECAS trabaja por géneros para que la atención a cada paciente sea la más adecuada a sus necesidades. Así, en Barcelona, ​​sólo están los hombres mientras que las mujeres tienen su centro en Tarragona.

Ayudas extras

La fundación cuenta con voluntarios que deciden apoyar a los profesionales en las tareas de su día a día: son gente formada por la entidad que se les distribuye allí donde son más necesarios. Sus funciones varían según sus capacidades: pueden hacer talleres, actividades manuales, tareas vinculadas al tratamiento, atención a la farmacia, apoyo jurídico, cocina, imagen corporativa o, incluso, tareas administrativas.

Los voluntarios reciben la gratitud de los propios internos, su afecto, ya que los pacientes valoran que haya gente que sin remuneración les dedique parte de su tiempo. Pero también obtienen una satisfacción personal porque los voluntarios dan una parte de lo que han recibido, a lo largo de su vida, de la sociedad y lo invierten en una tarea que tiene un gran impacto.

CECAS se consolida así como una propuesta para el cambio, una oportunidad de vivir la vida de manera diferente. El aprovechamiento de los recursos de la entidad varía según el paciente pero se les ayuda, en todo caso, a gestionar conflictos y a experimentar otra manera de vivir.

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