Carles Gil, escolapio: «Yo ya no me siento misionero, soy uno más de África del Oeste»

Con el DOMUND muy cerca, este escolapio que reside en Senegal desde hace dos años y medio considera que "cuando eres cristiano en minoría, hace que tengas ganas de explicitarlo porque es una forma identitaria"

Dos años y medio viviendo en Dakar (Senegal) pero quince ya siendo escolapio. Se llama Carles Gil y es coordinador de la red de instituciones educativas y sociales de África del Oeste, que comprende los países de Senegal y Costa de Marfil. En total, tiene a su cargo 23 instituciones que tiene que hacer más sostenibles y con mayor impacto social así como pedagógicamente más competentes. Carles es sólo uno de los muchos misioneros catalanes repartidos por todo el mundo que dejaron su tierra para comenzar una nueva vida: «Yo ya no tengo vocación misionera porque me considero uno más del grupo. Un escolapio más que hace la tarea que le han encomendado en África del Oeste».

Entrevistadora (E): ¿Qué has aprendido en estos dos años en Senegal?

Carles Gil (CG): Que el tiempo ordinario sea vivido desde una óptica religiosa o desde la fe enriquece muchísimo y normaliza la vivencia cristiana. Se debe tener en cuenta que África del Oeste es una zona creyente aunque sólo de un 3% a un 5% de la población sea cristiana. Esto hace que cuando eres cristiano en minoría quieras explicitar que eres cristiano porque es una forma identitaria. En la medida que tengo ganas de explicitarlo, las celebraciones son intensas, profundas, preparadas y muy vivas. Otra característica allí es la influencia de otras religiones por ejemplo en la Cuaresma. Sin embargo, los domingos marcan mucho el tempo.

E: ¿Cómo es tu día a día en Dakar?

CG: Ahora mismo vivo en la casa de formación con 3 escolapios y 23 jóvenes de diferentes países donde los escolapios están presentes. En este sentido, soy prefecto de los estudios y contribuyo a la Facultad de Filosofía. Dicho esto, nos levantamos bien temprano -a las seis y media hacemos misa, desayunamos muy rápido y cada uno se va a la universidad o a trabajar. Después comemos -casi siempre arroz con pescado- y, por la tarde, tiene un acento más pastoral como la visita a enfermos o el acompañamiento a grupos.

E: ¿Llegan los mensajes del Papa Francisco?

CG: Y tanto, en todas las homilías lo citan constantemente pero el Papa de referencia -por las visitas que ha hecho y por el largo tiempo de pontificado- es Juan Pablo II. Las familias africanas quedaron muy impactadas por la figura de Juan Pablo II y es su marco referencial. Pero Francisco va calando y, en unos años, se verá cómo se ha insertado en la sociedad africana.

E: Teniendo en cuenta que el DOMUND está muy cerca, ¿qué mensaje darías a las familias catalanas que conocen esta realidad misionera pero que la ven muy lejana?

CG: Cada vez que rogamos el Padre Nuestro estamos afirmando que somos hermanos y ser hermanos es ver como un tú -un cercano y no un tercero- a la persona que nos rodea. Pero si este ejercicio ya es bastante complicado en una iglesia o en el entorno social, aun lo es más a nivel mundial. Pero lo cierto es que hay que mirar al otro como un hermano y yo quiero su bienestar. Y esto nos debe interpelar a nosotros y a ellos. Por tanto, debe haber un doble ejercicio: el DOMUND como cooperación internacional y el cristiano más acomodado de África debe ayudar también a sus hermanos.

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