Cardenal Sistach: «Tenemos que abrir el corazón y las manos para acoger a los pobres»

Este 2013, Cáritas ha atendido a más de 275.000 personas, número que equivaldría a los aforos de dos campos de fútbol del Barça y dos del campo del Espanyol

Coincidiendo con el jueves de Corpus Christi, Cáritas ha hecho balance de su acción social de 2013. Se evidencia de que la pobreza es cada vez más extensa, intensa, crónica y profunda. A lo largo del año pasado, se atendieron a más de 275.000 personas en Cáritas Diocesana, más del doble de personas que en 2007, y se han triplicado los servicios de ayuda a las personas en relación al mismo año. Pero también se hace crónica ya que el 72% de los atendidos ya habían recibido ayuda durante años anteriores, y profunda: el 79% de las personas en edad de trabajar atendidas por primera vez están en el paro y, la mayoría, sin ninguna prestación social. «La desigualdad social va aumentando. Los ricos cada vez son más ricos y los pobres más pobres. La clase media ha disminuido», ha puntualizado el Cardenal Sistach.

Cáritas es Iglesia

El 20% de la población de Cataluña está en situación de pobreza relativa, es decir, que tienen unos ingresos menores a 8.000€ netos anuales. Para muchas de estas familias, las ayudas de Cáritas significan la única fuente de subsistencia. Por este motivo, el Cardenal Sistach considera que Cáritas «es un tema muy actual, profundamente humano y eclesiástico».

Sin embargo, se ha destacado que ha aumentado la solidaridad: más de 13.000 socios y donantes, y 550 entidades han colaborado con su aportación económica. «Hay que tratar muy bien a Cáritas porque son los pobres. La Iglesia ama a los pobres y, por tanto, se debe cuidar a Cáritas», ha asegurado el Cardenal Sistach.

También se hereda la pobreza

El crecimiento de la actividad de Cáritas, que se ha triplicado, es mayor que el crecimiento de personas atendidas, según Carme Trilla, jefa de acción social de la diócesis de Barcelona. Y es que la entidad ya cuenta con más de 520 puntos de atención.

Cáritas destina casi 6 millones de euros en ayudas directas a las familias para necesidades básicas. De estos, el 39% va destinado a la infancia ya que uno de cada tres menores está en situación de vulnerabilidad. El 33% se dedica a la ayuda con la vivienda y el 23% a los alimentos. Según Jordi Roglà, hasta ahora director de Cáritas, «se hereda la riqueza pero también la pobreza».

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