Cardenal Sistach: «El Papa me manifestó su afecto por la Iglesia de Barcelona»
Del 18 al 20 de mayo, como se informó en el número del BO del mes pasado, se celebró la peregrinación a Roma organizada por el Arzobispado de Barcelona, ​​con la colaboración del Club + Amigos de Catalunya Cristiana. Para todos los participantes fue una fuerte experiencia espiritual y eclesial. Enmarcado en el Año de [...]

Del 18 al 20 de mayo, como se informó en el número del BO del mes pasado, se celebró la peregrinación a Roma organizada por el Arzobispado de Barcelona, ​​con la colaboración del Club + Amigos de Catalunya Cristiana. Para todos los participantes fue una fuerte experiencia espiritual y eclesial. Enmarcado en el Año de la Fe, la peregrinación, presidida por el cardenal Martínez Sistach, ha sido una ocasión de profesar la fe y de expresar la comunión con el sucesor de Pedro. He aquí las declaraciones hechas por el Sr. Cardenal Arzobispo en Cataluña Cristiana (número del 16/06/2013, pag. 15).
-El peregrinaje diocesano a Roma, que usted ha encabezado con motivo del Año de la Fe, ha cumplido las expectativas?
-Hago un balance muy positivo. Se cumplieron las expectativas que nos marcamos en el Consejo Episcopal en el momento de organizar esta peregrinación. Se trataba de una peregrinación para profesar nuestra fe cristiana y expresar nuestra comunión con el sucesor de Pedro. Y esto se logró debidamente y con intensidad espiritual y eclesial. La asistencia fue numerosa, unas 200 personas, pero es una cantidad que todavía permite realizar itinerarios y celebrar actos conjuntos. Hay que tener muy presente que en este Año de la Fe muchas parroquias y comunidades religiosas organizan peregrinaciones a Roma. Esto quiere decir que son muchos los diocesanos que este año habrán visitado las tumbas de San Pedro y San Pablo para profesar su fe y habrán expresado su afecto al Papa Francisco en celebraciones o actos presididos por él. Esta peregrinación diocesana se une a todas las demás de nuestra diócesis en este año de gracia.
-¿Por qué es importante peregrinar a Roma en el Año de la Fe?
-Porque Roma es la Iglesia diocesana del apóstol Pedro y de sus sucesores que tienen confiada por el Señor una misión muy importante al servicio de toda la Iglesia extendida de Oriente a Occidente: confirmar en la fe a los pastores y los fieles. Celebrando el Año de la Fe, Benedicto XVI en la carta Puerta de la fe, nos decía que una de las finalidades de este año de gracia es la profesión de nuestra fe, que debemos hacer periódicamente a las catedrales y a nuestras comunidades locales, pero que si se puede es entrañable hacerlo sobre el sepulcro del apóstol san Pedro. Roma ayuda a crecer en la fe porque es la sede del Sucesor de Pedro y él es «el principio y fundamento visible de la unidad de toda la Iglesia», es el que «preside en la caridad» y Jesús le confía el ministerio de confirmar en la fe a todos los miembros de la Iglesia. Las celebraciones litúrgicas presididas por el Papa tienen mucha significación y riqueza religiosa y ayudan a participar y a alcanzar el arte de la celebración.
-Uno de los puntos álgidos de la peregrinación ha sido la visita a la basílica de San Sebastián de las Catacumbas, de la que es titular. ¿El ejemplo de los primeros mártires cristianos puede iluminar el momento actual?
-La visita a la basílica de San Sebastián de las Catacumbas es muy emotiva, porque hasta el siglo XII se denominaba la basílica de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, ya que se considera que los cuerpos de los dos apóstoles estuvieron un tiempo en estas catacumbas, en una época en la que por la severidad de la persecución fueron trasladados desde los sepulcros donde estaban. Hay muchos grafitis que reproducen la invocación de los fieles a los apóstoles San Pedro y San Pablo. Los mártires eran y son los grandes testigos de la fe cristiana. Ellos profesaron la fe derramando la sangre. Son unos excelentes testigos para nosotros que nos consta manifestar públicamente que somos cristianos y hacerlo sin miedos ni complejos. Además, esta parroquia es la que me otorgó el Papa en 2007 cuando me hizo cardenal. Todos los cardenales tenemos una parroquia en Roma para significar que somos el clero de Roma, ya que ayudamos el Obispo de Roma en el ministerio de Sucesor de Pedro. El rector de la parroquia nos acogió con un saludo muy cordial. Y, después de visitar la basílica, visitamos las catacumbas que se encuentran en el subsuelo de la basílica. Invito a todos los peregrinos que van a Roma a visitar esta basílica por ser el título de su pastor diocesano, pero también porque es una de las siete basílicas que se visitan durante los Años Santos en Roma.
-¿Hoy en día los cristianos siguen sufriendo persecución?
-La Iglesia de los mártires no es sólo la de los primeros siglos, sino también la actual. Este año conmemoramos el 1.700 aniversario del Edicto de Milán, del emperador Constantino, y si bien reconoció la libertad religiosa, aunque hoy esta libertad no es reconocida y respetada en todos los países del mundo. Hay fuertes discriminaciones y persecuciones por motivos religiosos y los cristianos son los que las sufren más. Se calcula que son 350 millones en el mundo los católicos perseguidos. Nuestra Iglesia es la Iglesia de los mártires. Como decía Tertuliano, la sangre de los mártires es semilla de cristianos. Necesitamos encomendarnos a estos grandes testigos que son los mártires para que vivamos la fe con más profundidad, coherencia y valentía.
-¿Cuál ha sido para usted el momento más emotivo de la peregrinación?
-El momento más emotivo y el más significativo y eclesial ha sido la participación en la eucaristía de la solemnidad de Pentecostés, el día 19 de mayo, presidida por el Papa Francisco, en la plaza de San Pedro. Los miembros de nuestra peregrinación tuvieron un buen sitio en la plaza y disfrutaron espiritualmente participando en esta Eucaristía. Al terminar la misa, el Papa saludó a los cardenales que concelebrávamos, y me manifestó su afecto por la Iglesia de Barcelona y su bendición apostólica para los peregrinos y para todos. Muy emotiva fue la misa con los peregrinos el lunes de Pentecostés en el altar de la Cátedra, en el ábside de la basílica de San Pedro y el canto del Virolai al final de la misa.
-¿De qué manera puede enriquecer la diócesis de Barcelona la experiencia vivida en Roma, que entonces se convirtió en «un cenáculo a cielo abierto»?
-La peregrinación a Roma nos ha ayudado a todos a experimentar una mayor conciencia de pertenecer a la Iglesia católica y universal, y esto lo logramos participando muy activamente en la vida y la actividad de nuestra querida Iglesia diocesana, porque en el Iglesia de Barcelona está presente y operante toda la Iglesia una y única de Jesucristo. En Roma se vive intensamente esta conciencia de catolicidad, ya que en San Pedro encuentras católicos de todo el mundo. En las celebraciones litúrgicas profesaban la fe con un espíritu de comunicarla a los hermanos, pensando en las personas que no tienen el don de la fe, pidiendo a Dios que se lo conceda. Es lo que pretende el primer objetivo de nuestro Plan Pastoral.
-¿Qué signos son los que más le han impresionado e interpelado de estos primeros meses de pontificado del Papa Francisco?
-El Papa Francisco ha hecho signos que ponen de relieve su espíritu renovador y su voluntad de que la Iglesia transparente Jesucristo a los hombres y mujeres de hoy. Ha hablado mucho de la misericordia de Dios, del perdón que Dios no se cansa nunca de darnos, de la centralidad de Jesús y no del Papa Francisco, su sencillez y austeridad de vida, sus homilías muy pastorales y que se entienden y llegan al corazón, la comisión de cardenales para que le ayuden en la reforma de la Curia romana. Ya desde el primer momento de su elección por los cardenales fue una agradable sorpresa que hubiera escogido el nombre de Francisco, en memoria del poveretto de Asís, y ha despertado interés en creyentes y no creyentes, ayudando algunos de estos a volver a la Iglesia o a verla con buenos ojos, despertando interés por Dios especialmente.