Cardenal Sistach “El papa Francisco me ha dicho que continue”

El cardenal Lluís Martínez Sistach ha estat entrevistat per Antoni Bassas del diari Ara, en entrevista publicada el passat diumenge,. on ha respost obertament a les qüestions plantejades pel periodista

-Me ha sorprendido. Decían que, cuando era cardenal de Buenos Aires, Bergoglio no sonreía, pero ahora sonríe continuamente, y ríe, o sea, que ha cambiado. Pero es ficticio, es mediático?

-No. Es la gracia de estado. Cuando Dios da una misión da también los medios para realizarla. Las sorpresas ya comenzaron en la Capilla Sixtina, cuando nos dijo que se pondría el nombre de Francisco, todo un mensaje de la Iglesia austera. Después, en el balcón, saludó con un entendedor «Buona sera». Tiene una capacidad mediática enorme.

-Y a solas, el Papa, como es?

   -Un día le dije que lo quería ver y me dice: «Llámame». «Llámame, yo he escrito muchas veces los papas, pero llamar por teléfono … Y lo hice. Y por la tarde ya me telefoneaban dándome día y hora para seis semanas más tarde. Cuando entré en su apartamento me dice: «Tengo algo para ti … A ver, Sistach, Sistach …», y me saca un papel que era una reflexión sobre la pastoral en Buenos Aires que él ya había separado porque yo le había hablado de ello. Y al final de la audiencia me dice: «¡Ay, no te he ofrecido ningun Café», y luego me acompañó y no se fue hasta que el ascensor no cerró las puertas. Francisco practica la acogida.

¿Cómo es que casi el mismo colegio cardenalicio que elegió un papa como Ratzinger, ocho años más tarde eligió otro como Bergoglio, que no tienen nada que ver?

– Los cardenales somos la causa segunda. La primera es la presencia del Espíritu Santo. Mire, era mi primer cónclave. Pensaba que cuando votaría me temblaría la mano, y no me tembló. ¿Por qué? Porque no éramos dos o tres que votábamos, éramos ciento diecinueve, y sabíamos que había mucha gente que estaba orando … Es una experiencia eclesial riquísima.

Francisco ha abierto tres frentes simultáneamente: la del dinero, la del pecado y la del crimen. O sea, la Banca Vaticana, la pederastia y la mafia.

-El dinero es muy importante porque lleva a muchas otras cosas. Lo de la pederastia, Benedicto XVI dijo que tolerancia cero.

-Pero Francisco ha pedido perdón por los pecados de omisión de la Iglesia …

-Sí, sí. Es valiente y humilde …

-Ahora la Iglesia de Inglaterra ordenará obispas. ¿Qué piensa?

-El mundo de hoy lo considera una cosa normal, pero es un problema ecuménico muy fuerte, eh?

-Pero fíjese, son cristianos: la Iglesia anglicana hace veinte años que ordena sacerdotisas, a la ortodoxa los curas se pueden casar. ¿Por qué no es posible en la católica romana?

-No crea que sea tan sencillo. El celibato tiene un valor en sí, más entrega, y la cosa práctica de tener más tiempo porque no tienes una familia concreta. Y me decían los anglicanos que los pastores a veces les cuesta encontrar esposa, porque para ser mujer de un pastor debe tener una vocación especial. ¿Esto el Papa lo tocará? Ya se verá, no?

-Y como le explicaría usted a una niña que se esté preparando para hacer la primera comunión que nunca podrá ser cura?

-Entiendo que es muy difícil explicar esto, y sobre todo a una chica, a una mujer … Ahora, aquí está el documento de Juan Pablo II, ahora San Juan Pablo II, en el que decía que Jesucristo escogió unos apóstoles que eran hombres … en veinte siglos de tradición, en mayúsculas, no se ha tocado eso. La Iglesia tiene la asistencia del Espíritu Santo… Escúcheme, esto es muy serio. Cuesta entender que no estamos en el nivel de derechos y deberes, sino que estamos en el nivel de funciones, y hay funciones que están repartidas. De hecho, un hombre no tiene derecho a ser cura por el solo hecho de ser hombre. Dependerá de si está capacitado para hacerlo.

-Pero cuando dicen que la Iglesia ha de leer los signos de los tiempos, que son, por usted, los signos de los tiempos?

-Los signos del tiempo innovan, pero deben verse en el seno de toda la tradición de la Iglesia, de los veinte siglos. Es el documento de Juan Pablo II, que ya digo que no es fácil de aceptar, yo lo entiendo, pero lo puso muy fuerte y muy serio.

-Usted se ordenó en 1961. ¿Cuántos eran en su promoción?

-Treinta y ocho.

-Ahora las promociones cuántos son?

-Pueden ser siete, diez, tres, cuatro, dos …

-Y eso no es un signo del tiempo?

-Sí, sí, yo no digo que no, y la Iglesia tiene que pensar estos signos y debe verlo.

– ¿Puede continuar subsistiendo una Iglesia como la de Barcelona al ritmo que van ordenando seminaristas?

-Pienso que sí. Ahora podemos proveer todas las parroquias. Y, en cuanto a los jóvenes que ordenamos, no miramos la cantidad, miramos la calidad. Para que un sacerdote que no tenga la vocación ni será feliz ni hará felices a las comunidades, ni ayudará. Dicho esto, estoy muy contento de Barcelona porque es una diócesis que trabaja muchísimo. Por eso queremos salir para ofrecer Jesucristo y el Evangelio. Ofrecer una persona que es Dios y hombre, el único que puede dar sentido a la vida para toda la eternidad. Dios quiere dar la fe a todos, pero no siempre encaja con nuestra vida porque llevamos una historia. Hay menos gente a misa y menos celebraciones de los sacramentos, sí. Pero Dios trabaja el corazón de las personas más de los que creemos,

-Donde lo ve, Dios?

-Recuerdo que cuando era obispo de Tortosa iba a ver a los enfermos. Aquella señora, relativamente joven, que tenía los suegros enfermos en casa, que no salía casi ni el domingo … Escúcheme, aquí está Dios. Fíjese, ahora con la crisis hay más voluntarios y donaciones. ¿Y esto no es la presencia de Dios? Para mí, es clarísimo.

-Un día el obispo Joan Carrera me dijo, con ese humor fino que tenía, que la diferencia entre un creyente y un no creyente es que el no creyente en el momento de morir piensa «Y si Dios existe?» Y el creyendo piensa «Y si no existe?»

-La fe supera la razón y ese es el misterio, no? Pero en la cultura dominante en nuestra sociedad le interesa que la gente no se plantee estas cuestiones y nos distrae continuamente con todo el consumismo …

-Ve agresividad contra la Iglesia?

-D’agresividaa hay, sí. A veces no somos lo suficientemente respetuosos con la libertad y el pensamiento de los demás.

-Teresa Forcades siempre con el hábito y no veo que tenga ningún problema por el hecho de ser monja.

-Más bien yo creo que el hábito le da una cierta preeminencia, porque si no lo llevara … A veces sucede, cuando uno se quita el hábito parece que no es la misma persona.

-Cáritas es la joya de la corona?

-Mire, si en Barcelona no existieran las parroquias, ni las congregaciones religiosas, ni los cristianos, en la ayuda a los pobres, los enfermos, los hospitales, las escuelas, habría un vacío enorme. Es como la madre que trabaja en casa, que parece que ni hace nada si no trabaja fuera. Pero el día que está enferma … Ah, entonces notamos lo que hace la madre.

-El papa anunció que en noviembre habrá un congreso internacional de pastoral de grandes ciudades en Barcelona. De quién fue la idea?

-Fue mia. Lo digo con toda sinceridad. Es un tema que siempre me preocupó mucho. Había hablado con él cuando todavía era cardenal de Buenos Aires, y también le interesaba. En mayo ya lo estuvimos trabajando intensamente con sociólogos, pastoralistas, teólogos … Y cuando terminen las sesiones de noviembre, el día 27 a las 11 de la mañana tenemos la audiencia de todos los pastores con el Papa, en Roma. Le llevaremos las conclusiones.

¿Cuál cree que será la más importante?

-Quizá el acercamiento a las personas. Hay muchos sufrimientos a las grandes ciudades mucha soledad, miedo, violencia. Esperan de la Iglesia que los acompañe, no tanto material como dando sentido a la vida. Por eso creo que la parroquia tiene presente y futuro. Quizás organizada en grupos de intereses concretos: la comunidad de los padres y madres que van a bautizar a sus hijos, por ejemplo. La parroquia debe ofrecer unas identidades donde la gente pueda encontrar la suya.

-Tiene ganas de jubilarse?

-Mientras haya vida hay que trabajar. Y el Papa me ha dicho: «Continúe». Y estamos haciendo un trabajo muy bonito, no?

-Habrá leído, como yo, que la Santa Sede se plantea primero el relevo de Rouco en Madrid y, después, el suyo.

-La lógica sería esa, pero … No, no, ya le digo, el Papa me ha dicho que siga yo. Mire, prefiero no hablar de eso. Aquí lo importante es que la diócesis continúe trabajando. Se cambia cuando hay que cambiar. Curas y laicos hacemos un servicio. Por ejemplo, hemos pedido a la Santa Sede una facultad eclesiástica en Barcelona, que cuando esté aprobada se llamará Gaudí. Será una facultad de historia de la Iglesia, arqueología y artes cristianas. De arqueología hay dos en la Iglesia. Una está en Roma y la otra en Jerusalén. De historia de la Iglesia hay tres: Roma, México y Polonia. Y de artes cristianas, no me consta, en el ámbito eclesial, que haya ninguno. Continuamos trabajando.

El periodista Enrique Cymerman preguntó al Papa por Cataluña y dijo: «La secesión de una nación sin un antecedentve de unidad forzosa. Hay que analizarla caso por caso. Toda división me preocupa «. Y usted?

-Es una situación que nos preocupa a todos, la del encaje … Porque estamos en un barco, y este barco nos condiciona a todos, no? Las configuraciones concretas del encaje ya dependen de los ciudadanos. La Iglesia tiene poco que decir porque toca que tomen las opciones a los ciudadanos del país, no?

-Comparte la frase de Rouco, que Adolfo Suárez practicó la reconciliación para «superar la Guerra Civil, las actitudes que la causaron y que la puedo causar»?

-Es muy difícil juzgar persona, por qué lo ha dicho y más si se trata de una homilía, prefiero no entrar. Pero ese espíritu de la Transición la hemos perdido y es una lástima. Con un número tan elevado de parados, yo he dicho desde hace mucho tiempo que esta es una cuestión de estado. Pero no me ha hecho caso ni la prensa ni nadie. Si un 25% de parados no es una cuestión de estado, no sé qué lo será.

  -Termino con una pregunta personal. Por qué intenciones reza cada día?

-Por toda la diócesis de Barcelona, cristianos y no cristianos, los sacerdotes, por la familia, por mis padres … Rezo por las necesidades concretas de cada día, por las parroquias, las vocaciones sacerdotales, por los religiosos. Lo hago de una manera un tanto amplia porque, si tuviera que hacer una lista, la noche aún sería.

 Perfil del Sr. Cardenal, escrito por Antoni Bassas

Si visita la nave principal de la Sagrada Familia hay un mármol que recuerda en latín que el Papa Benedicto XVI dedicó la basílica en 2010, cuando era arzobispo de Barcelona Lluís Martínez Sistach (Barcelona, 1937). Al cardenal se le ilumina el rostro cuando lo recuerda. Fue su gran momento: avanzando junto al obispo de Roma a las pantallas de todo el mundo. Por el contrario, se le oscurece la mirada cuando le preguntan por su relieve. No tiene ganas de irse, se siente bien conectado con el papa Francisco y tiene proyectos. Sistach considera que el ruido es un descrédito para la diócesis, sobre todo para la de Barcelona, castigada en 2004 con una partición las razones de la que también tienen que ver con los agrios debates que rodearon la sustitución del cardenal Carles. Y a este doctor en derecho civil y canónico, de puesto y verbo cauteloso, el ruido no le gusta.

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