«Camino a la escuela»
Un documental recomendado a los educadores y a los más jóvenes para transmitir el valor de la educación de cara a abrirse un futuro en la sociedad
2 horas y 15 minutos, 1 hora y 15 minutos, 4 horas y 1 hora y 30 minutos. Estos tiempos son la duración del trayecto que cuatro niños procedentes de Kenia, India, Marruecos y Argentina, respectivamente, tardan en desplazarse de casa a la escuela. Cuatro historias que el director francés Pascal Plisson pone en escena en Camino a la escuela, un documental basado en hechos reales, que pretende ser una defensa de la escolarización en el mundo.
El especialista en cine espiritual, Mn. Peio Sánchez, aunque menciona varias carencias tanto en la realización como en el guión, destaca el documental como una gran opción para los educadores y jóvenes, ya que transmite «el valor de la educación para abrirse un futuro».
Cuatro aventuras humanas
El documental descubre quatro lugares muy diferentes con culturas muy diversas, peró aun así, todos ellos tienen un objetivo en común, luchar por un futuro mejor dentro de su sociedad.Los cuatro protagonistas, Jackson, Carlitos, Zahira y Samuel, deben hacer frente a numerosas dificultades y peligros que encuentran en su camino hasta casa hasta la escuela. El primero, con su hermana, deberá esquivar los elefantes y las jirafas, corriendo para no llegar tarde a la izada de bandera de la escuela. Carlitos, también con su hermana, atravesará las zonas rocosas de la Pampa Argentina en Caballo. Zahira, acompañada de sus amigas, caminará por las montañas de Marruecos, y el Samuel, con la ayuda de sus hermanos que tiraran de su silla de ruedas, podrá llegar a Deli para ir a su escuela.
Emoción i denuncia
Estos cuatro relatos son los que el director francés escogió entre los sesenta que recopiló, redactados de varios niños ubicados en diferentes partes del mundo. Aún así, se decantó por estos por las «emociones y los retos tan diferentes que deben sortear cada uno de los protagonistas para acceder a la educación», como lo son «la distancia, la discapacidad y la discriminación». Pascal Plisson pretende reproducir una «aventura humana», una aventura en la que hace frente cada niño para poder «tocar su sueño con los dedos».