Bermejo, un clásico de la Catedral

El artista renacentista pintó 'La Piedad de Desplà' pero también es autor del vitral 'Noli me tangere' que se encuentra en la capilla del bautismo

La Catedral de Barcelona debe su esplendor a los numerosos artistas que han realizado obras de arte que hoy en día forman parte de una riqueza cultural incalificable. Entre estos, se encuentra Bartolomé Bermejo, un pintor cordobés nacido en 1440 que hizo «las mejores pinturas del renacimiento que se encuentran en Barcelona» según considera el Dr. Martí Bonet. Bermejo es el autor de dos grandes tesoros de la Catedral: el cuadro ‘La Piedad de Desplà’ y el vitral Noli me tangere.

Bartolomé Bermejo y Lluís Desplà

Dentro de la sala capitular está la famosa pintura que representa el descendimiento de la cruz, de Bermejo (1490). Este artista lo pintó para la capilla privada del arcediano Lluís Desplà, que murió en 1524. En la pintura se encuentra santo Jerónimo y el donante arrodillado.

Del canónigo Lluís Desplà se saben muchas cosas: en 1490 Desplà era arcediano del obispo Borja Pedro García (1490 a 1505). A este prelado le siguió Enrique Cardona Enríquez (1505-1512) pero éste sólo tenía 18 años y quien realmente mandaba era Desplà, que había sido elegido obispo por los canónigos, aunque el Papa no lo aceptó como tal.

Desplà fue arcediano mayor de la Catedral y rector de numerosas parroquias del obispado. Su enfrentamiento con el veguer, los consejeros y el obispo por la defensa de los privilegios eclesiásticos le crearon enemigos, hecho que hizo que obtuviera del Papa una lamentable condena contra Desplà. Entre 1506 y 1509 fue diputado del «General». Residió en la casa canonical destinada al archidiácono y la convirtió en un palacio señorial. Fue ahí cuando Desplà encargó al artista Bermejo la tabla de la Piedad para presidir la capilla de la casa, donde él figura retratado como donante. Fue hombre de confianza de los reyes Juan II y Fernando II, que en 1481 le hizo visitador de las obras del monasterio de Montserrat.

Su sepultura, actualmente en el Museo de la Catedral, fue cubierta con una lápida de mármol con su efigie, encargada en 1539 por su sobrino Francisco Gralla y Desplà al escultor Girolamo Cristóforo.

Noli me tangere

Otra obra de Bermejo es el vitral situado en la capilla del bautismo, justo a la entrada de la Catedral. El vitral representa la aparición de Jesús a Santa María Magdalena, la escena Noli me tangere, y está emplomado con grisalla por el maestro Gil Fontanet, según el proyecto del pintor.

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